La única certeza sobre los próximos comicios autonómicos en Andalucía es que se celebrarán en 2022 con tres juanes como líderes de sus respectivas formaciones, que además fueron las más votadas en las últimas elecciones del 2D. Lo demás está abierto y se enmarca en el terreno de lo probable. Por ejemplo, resulta factible e incluso verosímil un acercamiento entre partidos para ratificar aquello de la unión hace la fuerza. ¿Habrá listas conjuntas de PP y Cs para tratar de sumar mayoría absoluta y no depender de Vox? Según el día. Sí, pero no, pero quizás lo hablemos. Ésa es la conclusión que extraigo de lo escuchado durante esta semana a los portavoces de ambas formaciones.
Habrá que esperar porque la decisión no es baladí. Los populares tienen que afinar su estrategia. Una excesiva moderación o desplazamiento hacia el centro abre un espacio a la derecha del que puede sacar provecho la candidata in pectore Macarena Olona.
Por otro lado está la disgregación de la izquierda. Esto no es nuevo. Es universal. Está en su ADN. Una andaluza de San Fernando es alcaldesa de París y aspira a ser presidenta de la República francesa en las elecciones del próximo abril. Se llama Anne Hidalgo. Como ningún candidato de la izquierda tiene posibilidades de llegar a la segunda vuelta de los comicios, la cañailla ha propuesto (sin éxito) a ecologistas, populistas y comunistas una candidatura única designada por unas primarias.
¿Sería posible llevar a cabo esta propuesta en Andalucía? Definitivamente, no. El único movimiento ha sido la confluencia denominada Andaluces Levantaos, que integra a Más País y formaciones andalucistas, herederas del antiguo PA. Además, se ha abierto una vía de posible colaboración entre Adelante Andalucía y Unidas Podemos, al menos eso es lo que se desprende de una conversación entre Teresa Rodríguez y Martina Velarde. Su intención es que el voto de la izquierda, más allá del PSOE, no esté atomizado. Para conseguirlo, las ideas tendrán que imponerse a las personas, algo que a priori debe ser sencillo pero que en la práctica es el motivo principal de estas peleas cainitas. Ya lo dijo Homero: “no son en vano los más débiles, si su fuerza se une”.
