El tiempo en: Almería
Lunes 25/11/2024
 
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Sevilla

Queipo de Llano, exhumado tras 71 años en la Macarena

Los restos del general golpista han permanecido siete décadas en la Basílica. También han sacado los de su mano derecha, el general Francisco Bohórquez Vecina

Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad Ai
  • Familiares y memorialistas ante la basílica. -

Los restos del general Gonzalo Queipo de Llano son exhumados de la basílica de la Macarena de Sevilla, tras 71 años reposando allí, en aplicación de la ley de Memoria Democrática, que también ha determinado la exhumación en el mismo templo de los restos mortales del general Francisco Bohórquez Vecina.


Los restos mortales de Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, que fue conocido durante la Guerra Civil y la inmediata posguerra como el “virrey de Andalucía”, dirigente de la sublevación de 1936 y responsable de la represión en Andalucía en fechas posteriores, llevan inhumados en la basílica desde el día siguiente de su fallecimiento, el 9 de marzo de 1951.

Queipo de Llano había nacido en febrero de 1875 en Tordesillas (Valladolid) y como militar le tocó vivir el desastre de 1898 en Cuba y la guerra de Marruecos, donde dio muestras de su ardor guerrero.

En 1923, con casi 50 años, fue ascendido a general de brigada. Apoyó en principio al dictador Miguel Primo de Rivera, pero sus posteriores críticas a su gobierno le valieron su traslado a la reserva.

Proclamada la República, fue nombrado capital general de Madrid y se convirtió en uno de las personalidades militares de la democracia, asumiendo como propios los valores republicanos. Más tarde fue nombrado jefe del cuarto militar del presidente Niceto Alcalá Zamora, del que llegaría a ser su consuegro.

Contrario al curso de los acontecimientos de la política republicana, no desdeñó, colaboró y lideró junto con los generales Emilio Mola, Francisco Franco y José Sanjurjo el golpe militar contra el gobierno democrático.

Lo dirigió desde su destino en Sevilla y lideró una fuerte represión a partir de julio de 1936. Fue responsable del fusilamiento de más de 45.000 personas. El escritor hispano-irlandés Ian Gibson le acusó en su biografía de Federico García Lorca de ordenar además el fusilamiento del poeta granadino.

Durante esa época, fueron famosas sus proclamas a través de la radio como jefe del Ejército del Sur y durante la guerra actuó cuasi como un dictador, con casi total independencia del resto de los golpistas.

Ascendido a teniente general tras el triunfo franquista, fue perdiendo poco a poco predicamento y confianza de Francisco Franco, que lo relegó.

Falleció el día 9 de marzo de 1951 en su propiedad del término de Camas (Sevilla), que le había regalado el ayuntamiento de Sevilla por suscripción popular.

Fue enterrado al día siguiente en la basílica de la Macarena en la capital hispalense.

El general Francisco Bohórquez Vecina nació en Ubrique (Cádiz) en 1893, hijo de un médico que fue alcalde de la localidad, y fue el hermano mayor de la Hermandad de la Macarena que erigió la basílica sevillana en su sede actual, de ahí que su enterramiento se efectuara en el batisterio del templo. Falleció en 1955 cuando contaba con 62 años y tenía el rango de general de división.

Estudió el bachillerato en Cádiz y Derecho en Madrid y tras el levantamiento militar de julio de 1936, como coronel, fue colaborador del general Gonzalo Queipo de Llano, a cuyas órdenes trabajó en Sevilla como auditor de guerra, organizando los servicios jurídicos militares y dando curso a los decretos militares y a las ejecuciones sumarias durante la Guerra Civil.

Presidió la Obra Nacional de Construcción de Casas para Inválidos, Empleados y Obreros de Sevilla, iniciativa social de Queipo de Llano en la inmediata posguerra.

Fue hermano mayor de la Hermandad de la Macarena en plena Guerra Civil, ya que ejerció ese cargo entre 1938 y 1942, y entre 1946 y 1955. Además de ser el artífice de la actual Basílica de la Macarena -el anterior templo fue quemado en los primeros días de la guerra-, se empeñó en extender por Iberoamérica la devoción a la Virgen de la Macarena.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN