Los ejércitos de Corea del Sur y Estados Unidos anunciaron hoy que extenderán la duración de sus grandes maniobras aéreas Vigilant storm en respuesta a la retahíla de misiles lanzados, más de 20, por el régimen norcoreano en los dos últimos días.
"Las Fuerzas Aéreas de la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur) y de los EE.UU. han decidido extender el período de entrenamiento del ejercicio aéreo conjunto a gran escala 'Vigilant storm', que comenzó el 31 de octubre, en relación con las recientes y continuas provocaciones de Corea del Norte", detalló un comunicado del Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano sin especificar fechas.
Los lanzamientos de Pionyang son a su vez una respuesta a estos ejercicios, que debían concluir mañana, viernes, y son los mayores de este tipo en cinco años, ya que han supuesto el despliegue de más de 200 aviones, incluyendo cazas furtivos de quinta generación.
El comunicado del ejército sureño aseguró que ambos aliados "comparten la opinión de que es necesario exhibir una sólida posición de defensa combinada" ante la "actual crisis de seguridad, que se ve acentuada por las provocaciones de Corea del Norte".
Un portavoz del ministerio de Defensa surcoreano indicó en un mensaje a los medios que ambas partes están "debatiendo los detalles en lo referente al periodo" de extensión de las maniobras.
Vigilant storm es el mayor ejercicio aéreo combinado de Corea del Sur y EE.UU. desde 2017 e incluye la movilización de cazas F-15, F-16, EA-18G (la versión del cazabombardero F-18 adaptada para escenarios de guerra electrónica), F-35A y F-35B, que a diferencia del F-35A puede realizar despegues en corto y despegues y aterrizajes en vertical.
Es la primera vez que el Pentágono ha llevado unidades del F-35B a territorio surcoreano, un factor que puede haber enfurecido especialmente a Pionyang, que el martes ya amenazó con responder de manera contundente a estos juegos de guerra.
La tensión en la península está alcanzando cotas inéditas ante las repetidas pruebas de armas norcoreanas, las maniobras de los aliados y la posibilidad de que, tal y como indican los satélites, el régimen de Kim Jong-un ya esté listo para realizar su primera prueba nuclear desde 2017.