Reyes, en declaraciones a Efe, ha demandado al Gobierno de España y al de los otros socios europeos mantener la política de firmeza vigente desde 1996, que supedita el diálogo con el régimen castrista a que haya avances hacia la democracia y respeto a los derechos humanos.
“La posición común no se puede cambiar y el que quiera intentarlo, me parece que no sabe el problema que hay en Cuba”, aseguró la portavoz de las Damas de Blanco, el colectivo de familiares de los 75 opositores detenidos en 2003 en la isla.
Reyes está exiliada en España desde abril de 2005, cuando vino acompañando a su esposo, el escritor y periodista Raúl Rivero, uno de los integrantes del grupo de los disidentes condenados hace siete años acusados de conspiración, de los que 53 permanecen en prisión.
Según Reyes, a ella le corresponde hablar de la política cubana y no del jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y de Moratinos –“quienes me trajeron a España”–, pero ha lamentado su condescendencia con el régimen de los hermanos Fidel y Raúl Castro.
“No apruebo que ellos (Zapatero y Moratinos) sigan siendo amigos de un dictador”, subrayó Reyes, quien les rogó que “abran los ojos” ante la realidad de Cuba, al igual que a otros gobiernos latinoamericanos que dan apoyo al régimen.
En su opinión, lo que pretenden los hermanos Castro no es abrir la puerta a la democracia, sino que “Cuba siga estancada en el año 1959”, el año en que comenzó la revolución cubana.