El brote de gripe aviar en una granja de visones en Carral (A Coruña) comunicado el pasado mes de octubre y a raíz del cual fueron sacrificados todos los ejemplares --más de 50.000-- ha detectado las alarmas en la red de vigilancia europea tras hallarse la presencia de una mutación que ya estuvo presente en la pandemia de la gripe porcina de 2009.
Así lo refleja un artículo de la revista científica 'Eurosurveillance', publicada por el Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades, que en su último número apunta a la hipótesis de que el virus pudo saltar de aves silvestres a los mamíferos. También da por hecho que, en la explotación, mutó y pasó a contagiarse entre los visones.
En la explotación trabajaban 12 personas y ninguna estuvo afectada por el virus, aunque permanecieron en cuarentena. En el marco de la pandemia de la covid-19, los trabajadores de la granja utilizaban mascarilla.
Consultada por Europa Press, la Xunta ha apuntado que el caso se detectó tras la aparición en la granja de animales enfermos con sintomatología respiratoria, así como un incremento anormal de la mortalidad en ella, por lo que se tomaron muestras para el diagnóstico de varias enfermedades, entre ellas la enfermedad provocada por el virus Sars-Cov-2, así como la influenza.
Como resultado de estos análisis, se detectaron dos casos positivos a la influenza A (H5N1), que fueron comunicados inmediatamente a las autoridades de Salud Pública.
Tras recibirse los resultados, la granja --que contaba con 8.369 hembras reproductoras y 43.617 crías destetadas-- fue inmovilizada por los servicios veterinarios oficiales de la Consellería do Medio Rural, determinando la prohibición de entrada y salida de animales y de otros materiales que hubieran podido vehicular el virus, y el censado de los animales presentes.
También se restringió la entrada y salida de vehículos externos y de personas ajenas a la explotación, además de llevar a cabo el refuerzo de todas las medidas de bioseguridad y de limpieza y desinfección, así como la adopción de medidas para minimizar el contacto del personal de la granja con los visones. Asimismo, se realizó la correspondiente encuesta para efectuar los oportunos estudios epidemiológicos.
Al tratarse de un caso de salud pública, la valoración de riesgo realizada coordinadamente entre las Consellerías de Sanidade y do Medio Rural llevó la que la Xunta a determinar el sacrificio de los animales --ya anunciado entonces-- y la eliminación de los posibles materiales de la explotación que pudiesen constituir una fuente de contagio, así como la rigurosa limpieza y desinfección de la granja tras la despoblación de la misma.
Por otra parte, aunque no existe una regulación específica sobre las actuaciones a desarrollar en el caso de aparición de virus influenza en granjas de visones, la Consellería do Medio Rural señala que inició entonces actuaciones de vigilancia en las explotaciones avícolas y de visones existentes alrededor del foco, con el fin de detectar la existencia de alguna otra granja afectada, si la hubiese, así como establecer medidas de confinamiento en el caso de las aves y de refuerzo de las medidas de bioseguridad.
A día de hoy, Medio Rural asegura no hubo ningún otro caso de gripe aviar en granjas de visones. Todo este proceso fue puesto en conocimiento del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para que, a su vez, informase a la Comisión Europea y a la Organización Mundial de la Salud en Europa.