Buena tarde de toros la vivida este martes Día de Andalucía en el coso de La Merced en el transcurso del festival a beneficio de las obras sociales de la Hermandad Matriz del Rocío de Almonte y que congregó a varios miles de espectadores que cubrieron los tendidos en sus dos terceras partes en una tarde soleada pero fría.
Después de un largo prólogo -con la interpretación de los himnos de Andalucía y España así como la entrega de recuerdos- Andrés Romero recibió al novillo de José Luis Pereda con dos rejones en todo lo alto. No brilló mucho en banderillas a lomos de ‘Fuente Rey’ y ‘Farrugia’, para finalizar de un certero rejón montando a Chamán. Fuerte ovación y saludos desde el tercio.
Muy torero compareció Morante de La Puebla con su sombrero cordobés y sus zahones, instrumentando buenas verónicas jaleadas por el público. Con la franela destacó en buenas series de redondos, no encontrando lucimiento al natural. Estoca y primera oreja de la tarde.
También fue bueno el toreo de capote de Juan Ortega, que comenzó la faena de muleta por bajo para seguir con dos series de redondos sin llegar a brillar, superándose cuando toreó con la mano zurda. No estuvo atinado al matar, necesitando de un descabello, sonando un aviso antes de la ovación.
Un toro le correspondió a David de Miranda, que recibió al de Albarreal con buenas verónicas. Muy bien Rafael Carbonell en la vara que puso antes de ser derribado su caballo. Con la muleta, pases por alto antes de que David tomara la muleta con la derecha para dejar buenos redondos y, con la zurda, dos buenas series de naturales antes de darse el arrimón habitual. Tras unas bernardinas muy ajustadas, estocada y dos orejas bien logradas.
También fue bueno el capotear de Pablo Aguado que, con la muleta, dejó unos bellos pases por bajo antes de seguir con la derecha instrumentando redondos y circulares. Buena también la serie de naturales antes de dejar dos pinchazos y una estocada. Sonó un aviso y una gran ovación premió su labor.
Cerró plaza el novillero García Palacios que se mostró muy decidido tanto con el capote como con la muleta. Tenía asegurado el premio pero, lamentablemente, falló con los aceros. Dejó una estocada e innumerables intentos de descabello, volviendo a coger la espada pero sin efectos. El tiempo fue pasando y la presidencia se vio obligada a enviarle los tres avisos pese a lo que el público le dedicó una cariñosa ovación de despedida.
Se lidiaron un novillo para rejones de La Rosaleda, dos de José Luis Pereda, dos (uno de ellos con los cuatro años cumplidos) de Toros de Albarreal y un eral de este hierro. Las reses tuvieron una justa presencia y con escasas fuerzas y un juego variado, destacando el cuarto que dio un excelente juego, por lo que fue aplaudido en el arrastre.