La Comisión de Patrimonio de la Delegación de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía en Córdoba, presidida por el delegado territorial, Eduardo Lucena, ha informado favorablemente sobre la documentación técnica para la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural (BIC), de la actividad de interés etnológico de La Santería de Lucena (Córdoba).
Según ha informado la Junta en una nota, la práctica de portar las imágenes procesionales en Lucena, conocida localmente como santear, ha generado un mundo propio de enorme singularidad en el contexto de los rituales festivos de Andalucía. Santear identifica y distingue la forma procesional lucentina respecto a otras formas análogas, conforma una forma social organizativa propia y es el motor de un proceso ritual así denominado.
Por santería se entiende en Lucena el arte ritualizado de portar las imágenes sagradas al hombro por una cuadrilla de hombres, dirigidos por un manijero. La persona encargada de procesionar los tronos de la Semana Santa, la Virgen de Araceli y otras imágenes sagradas, es conocida como santero.
En sentido genérico y popular, se denomina 'santo' al paso procesional, y la santería es el modo particular de llevar las imágenes procesionales al exterior del trono y en varales, regida por normas estéticas de contenido dramático y rigurosa plasticidad.
La Santería de Lucena constituye una de las expresiones culturales más singulares en el contexto de los rituales festivos de Andalucía. Esta forma, materializada en la agrupación social de la cuadrilla, se caracteriza por la asociación temporal de sus miembros, denominados santeros.
La independencia de la cuadrilla de santeros respecto a la cofradía representa una importante característica en esta forma de asociación. La naturaleza temporal de la asociación marca la dinámica social de los grupos, caracterizados por una continua movilidad y regeneración interior, una característica única en la campiña y la Subbética cordobesas.
A estas características se suma el mecanismo que articula las relaciones sociales en el municipio, impregnando a los grupos que la practican y a los lucentinos. Al mismo tiempo, la institución social de La Santería constituye un proceso ritual para los santeros, compuesto por diversos actos públicos y privados que configuran un ciclo.
Al valor social de la santería como institución social de carácter genuino se suman los valores estéticos y plásticos de llevar los tronos a hombros, concebido como arte en movimiento. Se persigue que éste represente a la imagen o la escena que se lleva, diferenciándose una serie de estilos o de pasos básicos, reproducidos en santería de pasión y de gloria.
La Santería viene identificada por una serie de elementos expresivos que le son propios. Al hecho del acompañamiento de tambor, o los pasos que conforman un estilo, se añaden todos los aspectos inmateriales que configuran la práctica, como conjunto de conocimientos y saberes.
La actividad además genera una manifestación oral de enorme importancia y singularidad, como la saeta de santería, diferenciada de la saeta antigua. Se trata del cante ritual, popular y colectivo por el que se expresa la sociabilidad y la confraternización en las juntas de santería. Estas saetas constituyen una aportación genuina a la cultura oral andaluza, y se diferencian de otras saetas colectivas en la provincia.
Las particularidades que caracterizan a la actividad y el valor social que posee como institución social, motiva que la santería sea expresión de la identidad lucentina. Este valor identitario se expresa en la importancia que tiene para la ciudadanía y en la mitificación de la figura del santero en el imaginario colectivo.
Desde la década de los años 70 del pasado siglo se viene realizando un desfile procesional infantil en el que se reproduce miméticamente la práctica en pequeños tronos. Este acto sirve para transmitir la actividad a los menores y manifiesta el profundo valor identitario que posee esta tradición.
A estos valores se suma el valor histórico de la institución social y su evolución a lo largo del tiempo, manteniendo en el presente una idiosincrasia propia, al margen del influjo de los dos modelos procesionales sevillano y malagueño, que inciden en la mayor parte de municipios de la Subbética y la campiña.
El acontecimiento fundamental para que surgiera como se entiende en la actualidad fue la supresión del uso del correón como modo de portar los tronos, lo que conllevó que estos se llevaran a hombros. A finales del siglo XIX aparece el timbre denominado también campana. El tambor se incorporaría también en esta época, como consta en la Archicofradía de Jesús Nazareno.
A lo largo del siglo XX se irán ajustando los aspectos de la actual santería. Desde la segunda mitad, la figura del manijero se refuerza frente al cuadrillero y se produce una apertura social en los grupos. Los tronos fueron ganando tamaño, procurando nuevos sitios en la cuadrilla. La indumentaria y el aspecto exterior del santero mejoraron y el uso del tambor se instituyó para todos los pasos.
La Santería de Lucena constituye un complejo que abarca diferentes dimensiones de la cultura en su sentido antropológico, representando una actividad relevante de las formas de expresión de la cultura y los modos de vida propios de Andalucía.
La petición de inscripción como BIC se justifica por los valores patrimoniales documentados, la constatación de La Santería como aportación genuina del asociacionismo en el contexto de los rituales festivo-religiosos de Andalucía, su importancia en Lucena como elemento articulador de la sociedad y su valor para la expresión de la identidad local, trascendiendo el hecho religioso.
Los objetivos que se persiguen son reconocer institucionalmente la relevancia, significación, y pervivencia de esta tradición como expresión significativa de los modos procesionales y asociativos en el contexto de los rituales festivos de Andalucía, así como dotarla de un tratamiento específico para garantizar la salvaguarda de los valores patrimoniales identificados.
La Comisión de Patrimonio concluye en su informe que "La Santería de Lucena es una manifestación cultural asociativa y plástica cuyos valores residen en su carácter vivo, participativo y dinámico. Se trata de una expresión que aúna una forma asociativa singular, un proceso ritual con sus actos y unas técnicas para portar las imágenes procesionales con un código estético propio, producto de su evolución a lo largo de la historia. Constituye una expresión inmaterial cuyos valores se ponen de manifiesto en la participación y ejecución en diversos contextos rituales".