Puede que Almería sea la provincia andaluza más infravalorada, aquella de la que se escucha 'en Almería no hay nada que ver' o 'Almería es solo plástico'. Sin embargo, solo hay que investigar un poquito para descubirir sitios únicos, lejos de los habituales Roquetas de Mar o Desierto de Tabernas.
Porque sí, en Almería hay mucho más.
Almócita
Con solo 176 habitantes (censo 2018) y situado en el corazón de las Alpujarras, Almócita es un pequeño pueblo que parece congelado en el tiempo. Sus casas blancas, calles estrechas y la serenidad de la montaña te sumergirán en la tranquilidad de la vida rural andaluza. ¿Lo mejor? Al pasear por sus calles podrás disfrutar de poemas, flores y murales.
El Balcón de Turrillas
En el municipio de Turrillas, más de ochocientos metros de altitud, se encuentra el Balcón de Turrillas, un rincón mágico con vistas panorámicas al desiesto de Almería. Quizá no tiene un pueblo pintoresco pero es un lugar perfecto para contemplar el atardecer sin afluencia de turistas.
Pantano de Benínar
Este embalse se encuentra enclavado en un valle remoto de la Sierra de Los Filabres, donde la naturaleza virgen y el agua tranquila crean un escenario idílico para el descanso y la relajación. Además, tendrás unas vistas espectaculares de la cara sur de Sierra Nevada.
Plaza Porticada de Berja
La Plaza Porticada de Berja es una joya arquitectónica que te transportará a la época renacentista. Sus soportales, fuentes y arcos te ofrecen un ambiente tranquilo y acogedor para disfrutar de un café o una comida sin prisas.
El Jardín Botánico de "La Almunya del Sur"
Este jardín botánico, situado en la comarca del Poniente Almeriense, es un paraíso de biodiversidad. Aquí, podrás explorar una variada colección de plantas autóctonas y exóticas en un entorno apacible y alejado del ajetreo. Un lugar perfecto para la contemplación y la conexión con la naturaleza.
¿Todavía crees que en Almería no hay nada que ver?