“El pozo no representa más una amenaza para el Golfo de México”, aseguró Allen en una rueda de prensa en la que explicó que gracias a la nueva válvula de obturación que se ha colocado sobre el pozo, ya no hay peligro de un nuevo derrame.
El viernes los equipos de trabajo de la petrolera BP extrajeron el sistema de válvulas que el pasado 20 de abril debía haberse activado para impedir el vertido.
El Departamento de Justicia ha reclamado esa pieza, que será fundamental en la investigación para determinar las causas del accidente en la plataforma Deepwater Horizon, que ha provocado la mayor catástrofe ecológica de la historia de EEUU.
Los equipos instalaron con éxito una nueva válvula de obturación que garantizará una mayor resistencia ante los cambios de presión que puedan producirse durante la maniobra de sellado final que se llevará a cabo la próxima semana.
La compañía británica ha informado de que el coste para controlar el vertido supera ya los 8.000 millones de dólares, además ya ha comenzado con el pago de las indemnizaciones.
BP informó ayer de que el coste para controlar el vertido alcanza ya 8.000 millones de dólares.