El aforo ha sido el estadio de fútbol del Real Mallorca, donde se han reunido 25.000 personas, muchas de ellas extranjeras, para asistir al que probablemente haya sido el concierto más importante celebrado nunca en las Islas Baleares.
En realidad han sido dos conciertos porque primero ha cantado el tenor italiano, que estuvo acompañado en varios de sus temas por la cantante y actriz Heather Headly.
El director de orquesta italiano Marcello Rota ha sido el encargado de dirigir a la Orquesta Sinfónica de Baleares y la Coral de la Universidad de las Islas Baleares.
Bocelli, con traje y corbata blancos, la tez morena y los brazos caídos, ha encandilado al público, que se ha
puesto en pie en varias ocasiones, con magistrales interpretaciones de piezas de óperas como Rigoletto, La Boheme o El Barbero de Sevilla.
Tras Bocelli, que estuve en el escenario casi dos horas, llegó Sir Elton John, genio y figura, que durante cuatro décadas lleva encandilado a miles de personas con sus canciones, al igual que lo ha logrado esta noche.
Lo ha conseguido con su virtuosa banda estadounidense y, desde que ha subido al escenario, la formalidad del público ante la música clásica ha cedido al bullicio y al baile al ritmo de la música.
Reginal Dwigh, su nombre original, ha ofrecido un repertorio cargado de piedras preciosas, baldadas y puro rock.