Para su detención, que se produjo cuando se disponía “a dar otro golpe” aunque no se ha precisado la fecha exacta, los agentes tuvieron que utilizar dos grilletes encadenados para poder esposar al detenido, un varón de nacionalidad francesa, de unos 140 kilos de peso y 1,90 de altura.
Según han explicado, este individuo “se encintaba las manos”, igual que El Solitario, y actuaba en diferentes provincias “para eludir el control y dificultar las investigaciones policiales”.
Para realizar los atracos, el detenido escogía sucursales que fueran atendidas por mujeres para, debido a su complexión, intimidar aún más a sus víctimas, según las mismas fuentes.
El día antes de su arresto, los agentes observaron cómo vigilaba los horarios, las medidas de seguridad y las vías de salida de una sucursal bancaria de Paterna, por lo que se estableció un amplio despliegue policial en las inmediaciones de esa oficina en el que también participaron agentes del GOE.
En el momento de su detención, el hombre llevaba una pistola simulada de color plata y un spray de defensa. En el registro practicado en su domicilio se encontraron otras prendas utilizadas en asaltos anteriores. Hasta el momento se le imputan 19 atracos, el último en grado de tentativa.