El sector agrario y los regantes almerienses rechazan la propuesta de la Junta de Andalucía de trasladar agua desalada en barco desde Almería hasta Málaga para paliar la sequía en la Costa del Sol. Consideran que el agua desalada es más prioritaria para la agricultura que para el turismo, y que Málaga debe invertir en desaladoras propias.
La consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, planteó esta semana al Gobierno central la posibilidad de utilizar los barcos que están a disposición del Estado para llevar agua potable a las zonas más afectadas por la falta de lluvias, entre las que se encuentra la provincia de Málaga. Según Crespo, se trata de una medida de emergencia que solo se aplicaría si no cae ni una gota de agua antes del próximo verano.
Sin embargo, la idea no ha gustado en Almería, donde el sector agrario y los regantes han mostrado su oposición a ceder parte de su agua desalada a Málaga. El presidente de la Federación de Regantes de Almería (FERAL), José Antonio Fernández, calificó la propuesta de "disparate", según publica La Voz de Almería y afirmó que el futuro pasa por la desalación. El secretario provincial de COAG, Andrés Góngora, señaló que el turismo no se puede llevar el agua desalada que necesita la agricultura y que Málaga tiene deberes pendientes en relación a las desaladoras.
Ambos representantes coincidieron en que el envío de agua desalada en barco es muy caro y poco eficiente, y que Almería tiene un déficit hídrico que no se puede ignorar. Según un informe de CCOO, Almería tiene la plantilla más baja de técnicos superiores sanitarios por cada 1.000 habitantes de toda Andalucía, lo que afecta a la calidad asistencial y a las condiciones laborales del colectivo. El sindicato reclama a la Administración que aumente las contrataciones y que reconozca la categoría profesional de estos trabajadores, que son imprescindibles para el funcionamiento del sistema sanitario.
La polémica por el agua desalada ha evidenciado las diferencias entre las provincias andaluzas y la necesidad de una planificación hidrológica que garantice el abastecimiento y el uso sostenible del recurso. La Junta de Andalucía ha anunciado que aprobará en enero el cuarto decreto de sequía, que incluirá medidas de emergencia como sondeos en acuíferos, desaladoras portátiles, uso de aguas regeneradas y tomas flotantes. Además, ha solicitado al Gobierno central que colabore económicamente con las actuaciones hidráulicas que se requieren para afrontar la sequía.
