La acampada de Madrid, que dio origen al resto de acampadas, ya se ha marcado como uno de sus objetivos cambiar la Ley Electora. El colectivo sevillano se suma a la petición.
Nada más terminar el periódico del miércoles, pasé por casa, cogí dos sacos de dormir y me fui para la acampada. Llegué alrededor de la 1:00 horas, y los acampados ya se había dividido en diferentes comisiones de trabajo: Comunicación exterior e interna, seguridad, limpieza, logística... Las setas eran un hervidero de ideas, de ganas de cambio, indignación ilusión y de propuestas que llenaban los debates. Una sensación inundaba, nos inundaba, a todos los que allí estábamos: la idea de que algo iba a pasar. ¿Tal vez un cambio en el sistema?
Nadie tenía esa respuesta clara. Entre los acampados algunas caras conocidas de los movimientos sociales de la ciudad, pero sobre todo mucha gente nueva. Todos con algo en común: La indignación ante un sistema político en el que muchos no se sienten representados. Cuando la intensidad del debate elevaba el tono de las intervenciones, se pedía bajar el volumen. No se quería molestar a los vecinos. Algunos ya dormían. Alguien fue a casa por una manta y cubrió a una pareja que dormía abrazada al raso sobre un cartón. Hacía rasca.
Algunos liberaron la señal de sus teléfonos móviles para que el resto pudieran tener conexión, algo fundamental para estar en contacto con el resto de acampadas.Más de 50 en toda España.
A las cuatro de la mañana me metí en mi saco. El cansancio ya hacía mella tras un día muy intenso que prometía no ser el último. El suelo acolchado del parque infantil hizo las veces de colchón para muchos, aunque no era suficiente para tantos indignados que decidieron acampar.
A las 7:00 horas comenzaba el desayuno. En cuestión de minutos, en este movimiento del 15-M todo va muy rápido, el campamento ya estaba recogido y comenzaba un nuevo día.
Muchos se fueron a trabajar, otros a la Universidad. Durante todo el día se sucedieron las muestras de apoyo de vecinos y simpatizantes de la causa. Los que se quedaron organizaban la acampada de anoche, que según las previsiones, podría superar los 500 asistentes. Para el sábado hay convocada una manifestación.
El liderazgo independiente toma las calles
La sociedad se ha dado cuenta de que necesita otro tipo de liderazgo y que tienen que despertarse”. Así analiza los últimos acontecimientos sociopolíticos José Luis Calvo, licenciado en psicología y socio fundador del Instituto de Liderazgo de Sevilla.
En estos tiempos en los que la crisis aprieta y la sociedad se revela contra los líderes políticos actuales que cuentan con la alta desaprobación por parte de sus ciudadanos, conviene reparar en el liderazgo.
“El liderazgo se basa en el conocimiento de uno mismo y de su entorno, y desde ahí poder generar una situación donde fomentar las habilidades de los que te rodean”, afirma Calvo.
Desde el Instituto se exponen tres tipos de liderazgo. Por un lado, el colaborativo, en el que se genera una transacción de intereses entre los que conforman el grupo; en segundo lugar, se encuentra el que sigue un patrón claro y que es dirigido de manera unilateral; y en tercer lugar, el liderazgo interdependiente, donde todos colaboran obviando su liderazgo único y no existe un líder.
Ninguno de ellos se debe considerar el correcto o el único, si no se deben tener en cuenta los tres tipos y unirlos en la medida de lo posible.
El caso de los movimientos actuales es el liderazgo interdependiente es el que toma la voz. “En el momento en que exista un líder claro, esto se cae”, considera Calvo, quien cree que este momento de incertidumbre o crisis debe ser asumido y entendido por la sociedad. Cuando eso se tenga claro es el momento de liderar desde la innovación y la creación, apunta