Un comunicado de esta organización proporcionó los nombres de las 44 víctimas mortales en la represión policial del viernes. De ellas, 26 murieron en la provincia de Edlib y 13 en Homs, y el resto en otros lugares del norte, centro y sur del país. Las protestas en Siria comenzaron a mediados de marzo y se suelen intensificar todos los viernes.
La Organización Nacional de Derechos Humanos en Siria (NOHR-S, en inglés), está dirigida por Ammar Qurabi, que vive desde las últimas semanas en El Cairo y es uno de los pocos activistas de derechos humanos que no ha sido encarcelado por las fuerzas de seguridad del régimen de Bachar al Asad.
En su comunicado, la Organización condena enérgicamente la violencia ejercida “contra civiles desarmados de una manera sin precedentes hasta en los más duros regímenes dictatoriales y totalitarios”. También condena “las detenciones arbitrarias en todas las ciudades sirias después de que el presidente de la República decretara el fin de la ley de emergencia en este país”.
Al respecto, el mismo grupo dijo que el mismo viernes doce dirigentes y miembros de una organización política kurda fueron arrestados en el noreste del país y se desconoce su paradero.
La organización dirigida por Qurabi recuerda las demandas que vienen haciendo los grupos de derechos humanos desde que estallaron las protestas políticas, que incluyen, entre otras, la investigación de estos asesinatos y la liberación de los presos políticos.
Al dar cuenta de los hechos del viernes, la agencia oficial siria, Sana, informó ayer de que 17 personas, entre ellas civiles y miembros de las fuerzas de seguridad, murieron por los disparos de “grupos armados” en Edlib y Homs.
La información oficial, que cita fuentes militares y del Ministerio del Interior no identificadas, dice que “grupos de saboteadores” quemaron edificios públicos y destruyeron propiedades privadas.
Otra nota difundida ayer por la misma agencia informó de la detención de una “célula terrorista” en la localidad de Al Dumar, 40 kilómetros al noreste de Damasco, el pasado jueves, a la que se le decomisó una “gran cantidad de armas, municiones y explosivos”.
Además, al menos tres personas murieron ayer en algunos de los funerales por las decenas de víctimas que hubo el viernes, según activistas de derechos humanos. La cifra fue aportada por los Comités Locales de Coordinación, que centralizan la información sobre las víctimas que se están produciendo en Siria.