A la “siembra” de las banderitas ayudaron los niños que están muy hartos y asqueados de tanta caca, al igual que sus padres; incluso algunos de los padres propuso a miembros de esta asociación el cierre del parque para impedir la entrada a los perros. Los padres comentaban que sus hijos no pueden jugar en el césped debido a que este es un “campo minado” de excrementos.
Los padres se preguntaban: ¿Por qué el servicio de limpieza no retira los excrementos caninos? Y ¿Por qué la policía local no controla a los dueños incívicos de mascotas?
Ésta ha sido la primera acción con respecto a este tema pero creemos muy a nuestro pesar que tendremos que “colocar” muchas más banderas hasta que todos (ciudadanos, ayuntamiento, servicio de limpieza y policía local) tomemos conciencia.