Un cuarto de los trabajadores de la mina que tiene la empresa Lonmin en la localidad sudafricana de Marikana, a unos 100 kilómetros al noroeste de Johanesburgo, han retomado sus obligaciones este lunes, tras la muerte de 44 personas a manos de la Policía durante las manifestaciones de la semana pasada y tras el ultimátum de la compañía.
Los 3.000 mineros que estaban en huelga fueron amenazados con ser despedidos si no regresaban este lunes a sus puestos de trabajo. "La asistencia ha ido aumentando poco a poco, pero ahora ha aumentado al 27 por ciento, aunque no está claro si los trabajadores en huelga van a regresar", ha informado a la agencia Reuters un portavoz de Lonmin, la tercera empresa productora de platino del mundo.
El pasado jueves, agentes de Policía dispararon contra mineros que se manifestaron cerca de la mina Marikana armados con lanzas, revólveres y machetes, causando la muerte de 34 personas, mientras que otras diez murieron en incidentes violentos previos al tiroteo, incluido un miembro del Sindicato Nacional de Mineros (NUM) que fue asesinado a machetazos.
La huelga fue provocada por una disputa entre el NUM y la Asociación de Mineros y Sindicato de la Construcción (AMSC), que ha acusado a NUM de estar más pendiente de la política que de los mineros.
El portavoz de la Policía Dennis Adriao ha informado de que durante la mañana de este lunes no ha habido incidentes. Según ha dicho Lonmin, la Policía ha asegurado que la situación es segura para todos aquellos que quieran incorporarse al trabajo. Cientos de agentes de Policía han acampado junto a la mina, patrullan en pequeños convoyes y mantienen vigilancia aérea en helicópteros.
El presidente del país, Jacob Zuma, ha declarado una semana de luto nacional en recuerdo a las víctimas de la violencia sufrida en los últimos días.
