El Pontífice pronunció estas palabras en apoyo al mensaje de los obispos italianos ante la Jornada de la Vida, que se celebra hoy y que en Italia despierta especial interés ante el caso de Eluana Englaro, la joven en coma vegetativo desde 1992 a la que el Supremo ha autorizado a morir.
“Me uno de corazón a sus palabras (de los obispos), en las que se advierte el amor de los pastores por la gente y el coraje de anunciar la verdad, el coraje de decir con claridad, por ejemplo, que la eutanasia es una falsa solución al drama del sufrimiento, una solución no digna del hombre”, dijo Benedicto XVI.
“La verdadera respuesta no puede ser, de hecho, dar la muerte, aunque sea dulce, sino testimoniar el amor que ayuda a afrontar el dolor y la agonía de un modo humano. Estemos seguros: ninguna lágrima, ni de quien sufre, ni de quien les está cercano, se pierde ante Dios”, añadió.
La Iglesia Católica celebra hoy la fiesta litúrgica de la presentación de Jesús al templo, ocasión que, según Benedicto XVI, su predecesor, Juan Pablo II, aprovechó para instaurar como la Jornada de la Vida. “Jesús sufrió y murió en la cruz por amor. De este modo, bien interpretado, ha dado sentido a nuestro sufrimiento”, incidió el Pontífice.