El siniestro tuvo lugar alrededor de las 9.45 horas, cuando la embarcación oficial, tripulada por tres agentes, navegaba por la zona procedente de Tarifa y con destino a la Bahía de Algeciras. En el punto reseñado entró en colisión accidental con una embarcación deportiva de la marca Arvor, denominada Tropicana Dos, de seis metros de eslora y con matrícula 7-AL-131/2008, que estaba ocupada por dos personas.
Como consecuencia del choque, murió en el acto P.A.V., vecino de Algeciras de 75 años; mientras que resultó herido de gravedad el otro usuario de la embarcación, M.N.C., de 72 y también residente en el municipio.
Rápidamente, este tripulante fue evacuado por la propia Guardia Civil hasta el Hospital Punta de Europa de Algeciras. La embarcación siniestrada fue después trasladada a Puerto, donde se procedió más tarde al levantamiento del cadáver.
Semirrígida
En lo que se refiere a las causas que podrían haber dado lugar al terrible suceso, la Unidad Orgánica de la Policía Judicial se hallaba ayer instruyendo las oportunas diligencias para este accidente, y se explicó desde la Subdelegación que las circunstancias del caso “quedarán establecidas durante esta investigación”.
En cualquier caso, fuentes cercanas al Instituto Armado apuntaban que las características de la embarcación utilizada como patrullera podrían haber influido en el fatal desenlace. Las mismas fuentes señalaron que la patrullera forma parte de un grupo de embarcaciones intervenidas en operaciones del servicio marítimo, que son solicitadas a las instancias judiciales tras su decomiso para el servicio activo y readaptadas para el mismo.
En este caso, las mismas fuentes señalaban que se trata de un barco del tipo semirrígido, que posibilita una dotación menor de agentes que las patrulleras construidas específicamente para el servicio, que suelen funcionar con seis. La embarcación siniestrada ayer, de hecho, estaba ocupada por tres agentes, contaba con 11 metros de eslora y tres motores de 250 caballos de potencia, y su matrícula oficial era PGC-0659, según la nota enviada por Subdelegación.
Estas embarcaciones cuentan, según diversas fuentes, con un problema de visibilidad a causa de su casco semirrígido, ya que en casos de fuerte oleaje se provoca un alzamiento de la proa que impide la plena visibilidad del tráfico marítimo que se tiene enfrente. La investigación esclarecerá si este aspecto tuvo algo que ver.
"Peligrosas"
Al margen de que la investigación que está llevando a cabo la Unidad Orgánica de la Policía Judicial llegue a unas conclusiones tras la preceptiva investigación del caso, fuentes relacionadas con el Instituto Armado apuntaban ayer que la presencia de embarcaciones semirrígidas del tipo que es la siniestrada ayer pueden resultar “muy peligrosas” en casos de un denso tráfico marítimo, debido a la falta de visibilidad que provoca el levantamiento de su proa en casos de fuerte oleaje. Además, las mismas fuentes apuntaban que estas embarcaciones viajan muy cargadas de combustible y que pueden alcanzar altas velocidades, por lo que en el caso de que hubiese alcanzado el barco de recreo a mayor velocidad, podría haberse provocado incluso una explosión.
La utilización de este tipo de embarcaciones responde, según las fuentes consultadas, a la necesidad de operar con tripulaciones menores o navíos más pequeños, en caso de zonas de difícil acceso
o que requieran la mayor maniobrabilidad de barcos más ligeros.
Hay que tener en cuenta, además, que al proceder de las diversas intervenciones, ya sea de incautación de droga, inmigración o contrabando, no suponen gasto alguno para el Estado, caso de las embarcaciones oficiales.