El Real Valladolid y el Málaga empataron un partido de alternativas en el que pudo pasar cualquier cosa, ya que el carrusel de oportunidades giró sin control a favor de uno y otro equipo aunque, finalmente, se detuvo en el definitivo 2-2.
Se juntaban hoy en Zorrilla el hambre con las ganas de comer; el equipo menos goleado (Málaga) contra uno de los menos goleadores. Y una de los peores escuadras en casa (Valladolid) contra una de las más flojas a domicilio.
Juan Ignacio Martínez dijo en la previa que su equipo tiene que ser más vertical y, en efecto, el lastre del vigente Valladolid era que no pisaba el área rival. Las ausencias de Larsson, Óscar, Víctor Pérez, Álvaro Rubio o Ebert en varios partidos tampoco han ayudado.
Por su parte el Málaga, con su habitual traje 4-1-4-1, tenía hoy como objetivo lograr la primera victoria a domicilio y, con ello, prolongar la racha de cuatro encuentros sin conocer la derrota.
La movilidad y la viveza de Humberto Osorio depararon las primeras noticias del partido, aunque el colombiano mandó al limbo una clarísima oportunidad, solo ante Caballero (minuto 3).
Valdet Rama, tras una jugada de 'tiquitaca' (min. 10), y Rukavina (min. 13) también pudieron adelantar al Real Valladolid que hoy jugaba con dos delanteros natos y que llegó arriba mucho más de lo acostumbrado.
El equipo vallisoletano hizo un primer cuarto de hora "al abordaje". Sin embargo, fabricó fútbol pero no concretó nada; así que el Málaga salió indemne y sin estropicio en el marcador pese a que dejaba mucho espacio entre líneas al tener a Ignacio Camacho como único pivote.
No obstante, en fútbol solamente cuenta "la pegada" y el que primero golpeó de verdad fue el Málaga. Los andaluces se agarraron a la calidad de Portillo y a Roque Santa Cruz para fabricar una espléndida jugada de ataque que se zanjó con gol del delantero paraguayo (min. 23).
En un santiamén, el equipo de Bernd Schuster lograba su botín e iba a contar con espacios para el contragolpe. El encuentro se le puso feo al Valladolid que volvió a dominar sin fruto camino del descanso ante un rival que jugaba a empujones. Iba y venía del partido al ritmo de Portillo.
En la reanudación, bajo un diluvio, lo primero que sucedió fue la lesión de Lluis Sastre, un nuevo percance muscular en una plantilla aquejada de varias lesiones, todas ellas muy similares. Poco después marcó el Valladolid por medio de Javi Guerra tras un soberbio centro de Patrick Ebert a la salida de un córner (min. 56).
Otro espléndido balón de Ebert tras un saque de esquina propició el segundo gol de los anfitriones, este vez de Humberto Osorio (min. 64). El delantero colombiano también marcó de cabeza aprovechando la pasividad de la defensa andaluza. Es su primer tanto en España.
Bernd Schuster echó el resto y sacó a dos delanteros mientras Omar Ramos se unía a la relación de lesionados en el Valladolid. Demasiados contratiempos para un equipo local que en el ir y venir del partido se topó también con un golazo de Pawlowski, lo que elevaba el 2-2 al marcador.
Con Ebert renqueante, el partido se dio la vuelta y un disparo envenenado de El Hamdadoui golpeó violentamente en el larguero con Mariño ya batido (min. 82). Fue el Málaga, entre córner y córner del Valladolid, el que más y mejor opositó el triunfo en unos últimos minutos en los que pudo pasar cualquier cosa. Al final, el 2-2 se mantuvo firme e inamovible.