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Lunes 25/11/2024
 
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sociedad

Bertín Osborne, Vicente del Bosque y el Papa Francisco, jefes ideales para las personas con discapacidad

Además, aparecen otros nombres como Teresa de Calcuta, Jordi Évole o Pablo Pineda. No obstante, para un 35 por ciento su supervisor ideal no ha de responder a una identidad definida, sino albergar valores como la justicia, la responsabilidad o la comprensión

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  • Bertín Osborne y Arévalo. -

Bertín Osborne (19 por ciento), Vicente del Bosque (12 por ciento) y el Papa Francisco (6 por ciento), serían los jefes ideales para las personas con discapacidad, según la encuesta '¿Qué 3 deseos le pides a al nuevo año?, realizada a 500 personas por Fundación Adecco.

   Además, aparecen otros nombres como Teresa de Calcuta, Jordi Évole o Pablo Pineda. No obstante, para un 35 por ciento su supervisor ideal no ha de responder a una identidad definida, sino albergar valores como la justicia, la responsabilidad o la comprensión.

   Por otro lado, una conclusión muy clara se desprende de esta encuesta: el empleo se sitúa en el centro de los deseos de las personas con discapacidad, incluso por delante de la salud. Los parados solicitan un trabajo (96,8 por ciento) y los que ya lo tienen piden conservarlo (94,1 por ciento), "que sea estable", "que dure" u otras cuestiones como "que mi jefe me valore".

   La salud se sitúa en segundo lugar, tanto en desempleados como en ocupados, seguida de la normalización, que en ambos casos ocupa el tercer puesto. En este sentido, cabe destacar algunas respuestas como "que la discapacidad psíquica no produzca un estigma negativo y que el mundo se de cuenta de una vez de que somos normales" o "conseguir que no me miren por ir en una silla de ruedas".

NORMALIZACIÓN

   En este sentido, el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, apunta que "la clave de la normalización se encuentra en la sensibilización, en la representación de la discapacidad como una característica más de la persona y no como un elemento diferenciador o negativo. Por ello, apunta que para "cambiar el chip", hay que educar desde las edades más tempranas y concienciar a los jóvenes de hoy, que "serán los adultos de mañana".

   La familia se sitúa en cuarto lugar, ya que el 29,4 por ciento de los ocupados y el 18,3% de los parados "pide" para los suyos: "que sean felices", "que encuentren empleo", "que cumplan sus sueños".

   A partir del quinto puesto, cambian las posiciones de los deseos entre personas ocupadas y desempleadas. Los que tienen trabajo, piden dinero (23,5 por ciento) y los que no lo tienen solicitan accesibilidad (10,5 por ciento), cuestión que, no obstante, ocupa un 11,8 por ciento en el caso de las personas con trabajo.

   La felicidad y el amor son también aspectos clave para los encuestados. Como refleja la respuesta de una encuestada de 35 años: "la felicidad es la base de todo y sin ella no se puede hacer nada, ni siquiera encontrar trabajo". En cuanto al amor, son muchos los encuestados que han incluido entre sus deseos la aspiración de encontrar una pareja estable, con quien compartir su vida. Es el caso de un joven de 22 años, que pide "una chica me quiera tal y como soy".

LA CRISIS

   También destacan los encuestados que han incluido la crisis entre sus respuestas. El 11,8 por ciento de los ocupados y el 4,2 por ciento de los parados, piden al nuevo año "que la economía mejore", "que los políticos dejen de ser corruptos" o "que nuestro país empiece a levantar cabeza".

Por último, también han destacado los encuestados que han solicitado más ayudas a la discapacidad por parte de los poderes públicos, el tejido empresarial y el movimiento asociativo.

   En cuanto al futuro, un 49 por ciento considera que la crisis económica traerá consigo un retroceso en las conquistas sociales alcanzadas. Asimismo, un 16 por ciento opina que no habrá a ningún avance significativo, es decir, que la integración permanecerá estancada.

De este modo, poco más de 3 de cada 10 encuestados (35 por ciento) cree que en 2014 las personas con discapacidad tendrán más presencia en la vida social y laboral, mejorando así su situación.

   Los encuestados consideran que el camino hacia la plena integración pasa, necesariamente, por cambiar algunas características de la sociedad.

Así, un 54 por ciento cree que la discapacidad es un obstáculo a la hora de encontrar empleo, frente a un 46 por ciento que opina que ésta no influye en el proceso.

   En este sentido, un 97 por ciento está "muy de acuerdo" o "de acuerdo" con que es necesario incentivar la sensibilización como motor de normalización que cambie los 'tics' culturales que siguen asociando a la persona con discapacidad con "tragedia", "lástima" o "mala suerte". También un 97 por ciento cree que es necesario revisar la normativa legal en torno a la discapacidad, endureciendo el control de la ley y a través de nuevas medidas que traigan consigo una visión renovada y actual de la discapacidad.

EL LENGUAJE

   Además, un 87 por ciento está "muy de acuerdo" o "de acuerdo" con que la integración empieza en el lenguaje y que es necesario eliminar del diccionario términos peyorativos como "minusválido" o "deficiente" que alejan completamente a la discapacidad de la normalización.

   También un 80 por ciento pide un cambio en el modelo empresarial, donde las personas con discapacidad sólo están representadas en puestos de baja cualificación o responsabilidad, cayendo nuevamente en el estereotipo. En este sentido, solicitan que el colectivo pueda acceder a puestos de dirección, en igualdad de condiciones.

   Por último, destaca un 72 por ciento que opina que las personas con discapacidad sólo tienen voz en el mundo asociativo y que, si no fuera por éste, no se les escucharía en ningún foro social. Así pues, piden presencia fuera de las asociaciones para participar en igualdad en todos los ámbitos de la vida social, cultural y laboral.

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