El diario El Mundo publicaba el pasado lunes que el Ministerio de Industria ha denegado a Iberdrola la solicitud de cierre y desmantelamiento parcial de la central térmica de ciclo combinado de Arcos, la cual se encuentra prácticamente paralizada desde hace meses por el descenso de la demanda y la entrada en el mercado de energías renovables, pese a tratarse, con 1.600 megavatios, de una de las mayores centrales térmicas de Europa.
Según las mismas fuentes, el Ministerio de Industria había reclamado a la Red Eléctrica Española (REE) un informe para evaluar si el cierre de la térmica afecta a la seguridad de suministro del sistema eléctrico. El operador del sistema argumenta en este informe que el cierre del grupo tres de Arcos “podría suponer problemas de suministro en la zona”, según fuentes conocedoras de la resolución.
Fuentes de Red Eléctrica apuntaron que su respuesta está condicionada por una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que obliga a parar durante dos años “una central próxima de 800 megavatios por cuestiones medioambientales”.
La suma de ambas paradas imposibilitó, desde un punto de vista técnico, la emisión de un informe favorable para Arcos, y así se lo han trasladado a la Dirección General de Energía, Política y Minas, según explica El Mundo.
Iberdrola hubiera argumentado en la solicitud de cierre, presentada en julio del año pasado, que “la central es insostenible en el actual escenario de caída de la demanda eléctrica y penetración masiva de las energías renovables en el mercado”. Ambas circunstancias han provocado que las centrales de gas -o ciclos combinados- funcionen por debajo del diez por ciento de su capacidad. En el caso de Iberdrola, estas centrales han reducido su actividad en un 43 por ciento sólo en el último año y en un 61 por ciento en los últimos cinco.
Iberdrola hubiera presentado ya sus alegaciones a la resolución de Industria en las que argumenta que el cierre del grupo tres de Arcos no afectaría a la seguridad de suministro del país y de Andalucía. La compañía eléctrica hubiera pretendido que el cierre del grupo tres aumentase la actividad de los otros dos grupos que componen la central térmica, los cuales suman 800 megavatios. La multinacional vasca estaría intentando trasladar parte de la central a otros países con más demanda eléctrica. El ministro de Industria aseguró la pasada semana, en una entrevista en Los desayunos de TVE, que “España dispone de una capacidad de generación muy superior a la demanda real del país, por lo que no harían falta nuevas inversiones en esta actividad en los próximos ocho años”.
A todo, dirigentes del PP gaditano hubieran comenzado contactos con Industria para que medie con Iberdrola de cara a que reconsidere su solicitud de clausura y desmantelamiento parcial de la térmica en Arcos y solicite una licencia de “hibernación”, ya que creen que habrá una gran demanda energética en la provincia. Así al menos lo expresó el senador Sebastián Ruiz (PP), quien relaciona esta situación a con “una mala planificación de la inversión por los responsables de Iberdrola y también a la mala planificación del sector eléctrico que ha existido por parte del Ministerio de Industria con el anterior Gobierno socialista de Zapatero”, según explicó al diario La Voz el también concejal en el Ayuntamiento de Arcos.