Arte y estudios. Estudios y arte. Desde los tres años aprendiendo danza, desde siempre preocupada por sus estudios. Profesora y bailaora. Pero siempre aprendiendo, siempre alerta, sabiendo compaginar su trabajo y su pasión. Es Almudena Navarro Romero. A los 18 años finalizó los estudios de danza y se fue al extranjero con una beca Erasmus. Eso le impidió bailar durante un tiempo, pero no le apartó de su sentimiento hacia el arte.
Volvió a Jerez y se puso en manos de Chiqui de Jerez. De la danza al baile flamenco. Y de Jerez, de nuevo becada, a Estados Unidos. Y allí sí compaginó estudios y baile “porque pude bailar con un grupo flamenco, Soleo Flamenco, y estuve trabajando en un tablao de Texas”.
Y de vuelta a Jerez, para encontrar trabajo de profesora bilingüe en un colegio y también para encontrar un hueco para bailar en El Guitarrón, uno de esos tabancos que tanto están haciendo por el flamenco, por los nuevos valores y por las tradiciones de Jerez.
Sigue estudiando con La Chiqui y sueña con “ir a Japón. Dar clases, viajar..., aunque sé que, en estos momentos, mi sitio está aquí. Tengo trabajo en el Colegio, en la enseñanza bilingüe, y ya los acontecimientos me irán diciendo. Me encanta viajar y me encanta bailar, me gustaría subirme a un tablao y entenderme con el cante y la guitarra. Hay que comunicarte con el cante y el toque, entender lo que hago. El flamenco es una danza libre, de comunicación. Tiene una variabilidad. Cuanto estás, igual el cantaor se alarga y tú tienes que tener una faceta de improvisación, tienes que aprender eso”.
Estudió danza clásica en el Conservatorio de Cádiz. Música, danza española y danza clásica y ya cuando llegó al grado medio se decantó finalmente por el flamenco, un flamenco del que sabe “que es complicado vivir profesionalmente, habría que entrar en una compañía. Hay gente muy buena trabajando en los tablaos, pero yo seguiré bailando y desarrollando mis estudios y a ver qué es lo que conseguimos”.
Tiago Vázquez lleva en Jerez un proyecto, concretamente en El Guitarrón, para dar a conocer noveles. Ahí encontró un hueco Almudena Navarro Romero, maestra de profesión y bailaora no por afición, sino también una profesión en la que quiere ir escalando paso a paso, a base de estudio, de trabajo, de comunicación. Salió del conservatorio, pero sabe que el flamenco es improvisación y es verdad sobre el escenario.
Almudena Navarro es un ejemplo de constancia. El baile no le ha quitado un ápice de pérdida de tiempo en sus estudios universitarios y los estudios no le han impedido expresarse como mejor sabe, bailando.