Las imágenes del atentado de París, en concreto la de los terroristas disparando a quemarropa contra un agente de policía, han avivado la memoria de un suceso acaecido en 1993 en Algeciras. Uno de sus protagonistas, J.J.S., ha revivido su particular pesadilla al contemplarlas.
El 20 de junio de 1993, este ex guardia civil, recibió, junto al compañero (J.C.V.) con el que patrullaba, varios disparos por parte de un individuo que el día anterior había accedido junto a una mujer al puerto de Tarifa, procedente de Tánger, cargado de armas. La mujer huyó en coche, mientras que el hombre, identificado después como Michele Ghellam, llegó andando hasta Algeciras.
Los dos agentes de la Guardia Civil patrullaban a las 7.00 horas a la altura de Los Guijos cuando lo vieron llegar. Tras bajar del vehículo y pedirle la documentación, además de registrarlo, “sacó una pistola, un 9 largo con munición explosiva” y la emprendió a tiros contra los agentes.
J.J.S. recibió, según narra, dos disparos, “uno en la axila y otro a la altura de la cadera”. Para evitar más balazos se dejó caer nueve metros por el puente de Los Guijos, lo que le causó más daños. Su compañero recibió tres disparos, uno de los cuales le atravesó el cráneo. El pistolero robó el vehículo oficial para huir.
“Aquello nos dejó inútiles. Tuvimos que darnos de baja del cuerpo por invalidez”, comenta J.J.S., que en aquel entonces tenía 47 años –su compañero tenía 55-.
Los informativos y periódicos de estos días han avivado un recuerdo que J.J.S. tiene siempre latente en su memoria: “Al ver al policía en el suelo mientras le disparaban he vuelto a vivir aquello. El nuestro fue un caso de terrorismo, aunque no se haya juzgado como tal”.
En Francia
Aunque el caso no se juzgó en España, puesto que Michele Ghellam fue detenido un par de meses después en Francia, donde había dictadas órdenes de busca y captura internacional anteriores, J.J.S. mantiene que tanto él como su compañero fueron víctimas del terrorismo, una condición que de manera oficial nunca han recibido precisamente por esa falta de juicio.
Ghellam era un conocido narcotraficante asentado en la Costa del Sol que organizaba una red de tráfico de hachís entre Tánger y Francia. Sin embargo, entre las muchas acusaciones que se le realizaron en Francia, está la posible vinculación a la cúpula del grupo de guerrilla urbana Acción Directa.
“No es normal que un narcotraficante vaya de Tánger a Tarifa con pistolas y granadas”, sostiene J.J.S., quien durante más de 20 años ha seguido las noticias sobre la trayectoria de su agresor y de la mujer, Laurence Gallien, de quien dice que vive en Marruecos.