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Antequera

El primer "Arriba" resuena con fuerza en la tarde de Ramos en Antequera

Un centenar de niños vestidos con túnicas multicolores de hebreo tomaron las calles acompañando en Antequera a la cofradía de Nuestro Señor a Su Entrada en Jerusalén, Jesús Orando en el Huerto y María Santísima de la Consolación y Esperanza

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Brillante Domingo de Ramos el que se vivió ayer en la comarca de Antequera con desfiles de pollinicas desde poco después de las once de la mañana -cuando hizo acto de aparición Jesús a su Entrada en Jerusalén desde la puerta principal de la iglesia de Santa María del Reposo-, hasta el tardío encierro de la Pollinica de Archidona cerca de la medianoche. El desfile de Antequera puso el toque más artístico con el desfile de uno de los personajes más peculiares de la pasión antequera, el campanillero de lujo, niño ataviado con túnica de pedrería con capuz y campanilla de plata.
  

Un centenar de niños vestidos con túnicas multicolores de hebreo tomaron las calles acompañando en Antequera a la cofradía de Nuestro Señor a Su Entrada en Jerusalén, Jesús Orando en el Huerto y María Santísima de la Consolación y Esperanza sobre las seis de la tarde. La iglesia sede de la cofradía presidida por Agustín Gómez abrió sus puertas a primera hora de la mañana para cumplir con la tradición antequerana de la visita matinal a los tronos que desfilarán por la noche. “Es un cosquilleo difícil de explicar”, afirmó a La Opinión de Málaga. Es comprensible. El hermano mayor de trono de la pollinica día, Abel González sería el encargado de gritar el primer ¡Arriba!. Se trata de una característica exclamación con la que se insta a los hermanacos (portadores de trono) a que levanten a la vez cada una de las imágenes.
 

El cortejo  inició su estación de penitencia por carrera oficial en calle Infante Don Fernando donde al llegar al santuario de la patrona mariana de la ciudad, la virgen de Consolación y Esperanza realizó un giro en forma de saludo. La procesión continuó por calle Cantareros y al llegar a calle Lucena los tronos fueron mecidos al son de las marchas procesionales donde también tuvieron lugar diversas petaladas a las sagradas imágenes.

Antes de llegar a su templo las tres imágenes se encontraron en Plaza de San Sebastián para posteriormente desplazarse hasta la iglesia de San Agustín donde tuvo lugar el encierro de manera puntual a las diez de la noche.

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