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Sevilla

El Supremo reconoce a una mujer como hija de un ganadero que dejó una herencia de 20 millones

Ahora sus descendientes lucharán por la herencia

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El Tribunal Supremo ha reconocido en una sentencia que una criada y un ganadero de Sevilla tuvieron en la década de los años 40 una hija fuera del matrimonio, que ahora luchará en los tribunales por la herencia de unos 20 millones de euros que dejó su padre y que solo disfruta un hijo reconocido.

La sentencia confirma que la hija nacida fuera del matrimonio fue descendiente del ganadero José Benítez-Cubero Cañete de Beca, con cuyos familiares los abogados de la mujer han intentado negociar el reparto de la herencia pero sin éxito, por lo que ahora plantearán un pleito con ese objetivo.

La nieta del ganadero, Sofía González Reguera, que trabaja en el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), ha dicho a Efe que si lograran parte de las tierras, las destinaría a proyectos sociales que defiende su organización.

Para ello, no cree que tuviera problemas con sus dos hermanos, con los que tendría que repartir la herencia, ya que han vivido la "cultura de la lucha" del SAT en la comarca en la que se han centrado sus reivindicaciones, en pueblos cercanos a Marinaleda (Sevilla)

La hija de la criada, que vive en El Coronil (Sevilla), lleva dos semanas con un nuevo DNI en el que se incluyen los apellidos de su padre, que murió en 1970 en un accidente cuando tenía 47 años.

Los dos nietos del ganadero también van a cambiarse los apellidos, lo que no hará la trabajadora del SAT como un acto de "rebeldía", ha precisado.

Según los abogados de la hija de la criada, la fortuna a repartir está valorada, entre bienes y frutos de los mismos, en más de 20 millones de euros porque la familia tiene fincas con una extensión total de unas 2.000 hectáreas, bienes inmuebles y una ganadería famosa por sus toros de rejoneo.

Los abogados han destacado que el proceso judicial para que se reconociera al verdadero padre "ha sido muy duro" porque han sufrido "obstaculizaciones constantes", llegando incluso a incinerar cadáveres que llevaban enterrados más de 30 años para evitar la exhumación y las pruebas de ADN.

La justicia ha interpretado estas actuaciones de los descendientes del ganadero como valor probatorio de su mala fe, han apuntado los abogados.

La nieta del ganadero ha asegurado que casos como el de su abuela fueron muy frecuentes en la década de los 50 del siglo pasado, aunque habitualmente se han quedado en la sombra y no se han planteado ante la justicia porque los afectados tenían "miedo" a tomar esa iniciativa.

La hija del ganadero ya dijo a Efe que la relación de su madre y su padre fue verdadera y no fugaz: "Ha sido un amor de ensueño, de película, una novela que esperemos que tenga un final bastante feliz".

La relación amorosa entre ambos, en la década de los 40, fue "muy bonita, no ha sido que el señorito y la criada estuvieron un día, porque sus relaciones fueron de cinco o seis años", afirmó la hija de ambos.

Con 65 años y al frente de una tienda de moda en El Coronil, la hija apuntó que empezó su "lucha" judicial hace nueve años, cuando murió su madre, quien no quiso iniciar el reconocimiento de la paternidad de su hija para que no le achacaran que lo hacía "por dinero".

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