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Miércoles 26/06/2024
 

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Presunto fratricida de Gérgal dice que estaba "harto de beber" y que los tiros "salieron solos"

"Por desgracia estaba en malas condiciones, se me fue la cabeza y cogí el arma, descargada, para intimidar pero sin intención de matar ni herir a nadie. Y, cuando tiré del cerrojo, empezaron a salir los tiros. Poco más y se me escapa de las manos", ha remarcado

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El presunto fratricida de Gérgal (Almería), Juan L.C., conocido como 'El Cascapolos', ha asegurado este martes ante el tribunal que la escopeta que causó la muerte a su hermana y heridas de gravedad a una vecina y el marido de su sobrina "se disparó" cuando tiró del "cerrojo" y "sin apretar el gatillo" al tiempo que ha subrayado que estaba "harto de beber" y con "la onda perdida" debido a "una pastilla" que, según ha dicho, "me echaron en la bebida".

   "Estaba en malas condiciones por la pastilla y el alcohol que llevaba encima. Se me fue la cabeza y cogí el arma pero sin intención de matar ni herir a nadie porque estaba descargada aunque con cartuchos en la récamara. Se disparó sola. Es automática y, conforme se metió un cartucho, salió otro, y otro y otro. Salieron solos y yo no apunte a nadie. Poco más y se me cae la escopeta de las manos", ha reiterado una y otra vez a preguntas de las acusaciones tanto fiscal como particulares, así como de su defensa.

   Juan L.C., para quien el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial ha acordado, en una comparecencia previa al inicio de la vista oral, prorrogar la prisión provisional, ha relatado, frente a la tesis del Ministerio Público, que fue una "casualidad" que estuviera en la cochera a la que acudió su hermana junto a su yerno a recoger unos muebles fruto de una herencia y que habría sido el origen del conflicto, y que no fue armado porque iba "a buscar la llave del contador porque no había agua" en casa de su madre, que linda con el lugar en el que ocurrió el tiroteo.

   Ha afirmado que acababa de llegar de "estar de fiesta bebiendo" de la vecina Aulago y que no sabía "si era lunes, martes o domingo", y que el detonante, según su versión, de que cogiera la escopeta "para hacer ruido tirando del cerrojo" fue que les escuchó "diciendo que mi hijo iba a ser un drogadicto igual que su padre".

   "Por desgracia estaba en malas condiciones, se me fue la cabeza y cogí el arma, descargada, para intimidar pero sin intención de matar ni herir a nadie. Y, cuando tiré del cerrojo, empezaron a salir los tiros. Poco más y se me escapa de las manos", ha remarcado.

   'El Cascapolos', de 54 años y quien sí ha reconocido que caza y maneja armas de fuego "desde que tenía 12 años" por lo que "si hubiera querido matarlos, lo hubiera hecho", ha dicho que, cuando abandonó el lugar, "no sabía ni lo que había pasado" y que se enteró cuando, "tres o cuatro días después, cuando el cerebro me empezó a funcionar", llamó a su hijo.

   "Él me dijo: la tita está muerta y que me entregase", ha detallado en sala. Sobre los minutos posteriores, ha asegurado que salió "corriendo en dirección a la Guardia Civil" pero que, "como no estaba bien", se desvió al cementerio. "No sabía qué hacer, no sabía lo que había pasado, no estaba bien", ha subrayado.

   Con respecto a lo que hizo con la escopeta, que ha insistido estaba en la casa y no llevó consigo, ha explicado que, "en contra de lo que dicen", la fue manipulando por la calle "para desarmarla, dándole vueltas al pasamanos" hasta que la arrojó a un contenedor a unos 200 metros de la casa de su madre.

NIEGA MALA RELACIÓN CON SU HERMANA

   Por último, ha negado que tuviese mala relación con su hermana pese a que dos días antes del tiroteo la propiedad de unos muebles de una herencia había terminado en un juicio en el que estaba denunciado y en el que se alcanzó un acuerdo por el que se fijó una fecha para que sus familiares fueran a retirarlos de la cochera a cuyas puertas se produjeron los disparos.

   La Fiscalía sostiene que Juan L.C. actuó "resentido" y "en represalia" por esta denuncia y que, en la mañana en la que sucedieron los hechos, decidió matar al marido de esta y a "cualquier persona que le acompañara a recoger esos muebles".

   Para ello, se habría atrincherado en la planta superior de un inmueble y habría comenzado a disparar a "una distancia de menos de tres metros" contra su hermana, el yerno de esta, una tercera persona que había acudido para ayudar a transportar los muebles y a la vecina, quien se había parado para "charlar" con la fallecida tras encontrársela al pasar por la calle.

   Sostiene, así, que en la mañana del 6 de octubre de 2013 se apostó en la primera planta del edificio en cuyo bajo se localizaba el almacén, "armado con una escopeta del calibre 12 milímetros de características similares al de una semiautomática de la marca 'Beretta' con munición del calibre 12 aunque cargados con perdigones del tamaño denominado de 'sexta'".

   El Ministerio Público imputa a Juan L.C., quien tuvo en jaque a la Guardia Civil durante más de 16 horas acordonando su casa hasta que se produjo su detención tres días después del crimen, la presunta comisión de un delito de asesinato, tres asesinatos en grado de tentativa, un delito de tenencia ilícita de armas y un delito contra la administración de Justicia por los que pide penas que suman 59 años de cárcel.

   Según su relato de la Fiscalía, un cuarto de hora después, el procesado, desde una "distancia de poco más de tres metros y sin mediar palabra para asegurar la ejecución de su plan", efectuó supuestamente un primer disparo contra J.O.L., que le alcanzó en el costado.

   "A continuación, de forma inmediata, disparó contra su hermana, Isabel L.C., a quien dio en el tórax y contra la vecina, M.V.E.A., a quien alcanzó en el brazo", señala el escrito, que añade que también disparó contra el amigo que les iba a ayudar aunque "como ya había comenzado a correr, los perdigones pasaron muy cerca de su cara pero sin darle".

   Juan L.C. no cejó en plan y, presuntamente, bajó a la calle y comenzó a perseguirle, "efectuando algún que otro disparo contra él pero sin alcanzarle" con un arma para la que no tenía licencia y que no pudo ser hallada en el transcurso de la investigación.

   La Fiscalía interesa que Juan L.C. indemnice a su cuñado y a cada uno de sus sobrinos con 150.000 y 50.000 euros, respectivamente, y con 190.000 euros a la vecina. Para su sobrino político, interesa una indemnización de 39.900 euros.

   El juicio, que se ha programado, se retomará el día 29 mientras que la última, con trámite de informes, esta previsto que se celebre el 22 de octubre.

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