Los grupos yihadistas amenazan desde hace años con atacar Francia y los peores augurios se cumplieron el viernes con una cadena de atentados, cuyas consecuencias están por determinar después de que París prometiera continuar su lucha contra los terroristas.
El Estado Islámico (EI), que se ha atribuido la oleada de ataques encadenados que causó la muerte de al menos 129 personas en la llamada "Ciudad de la Luz", optó por atacar un símbolo de Europa y dentro de la ciudad zonas que representan la esencia de París, a la que definió como "capital de la abominación y de la perversión".
Francia participa en la coalición internacional, liderada por EEUU, que bombardea posiciones del EI en Irak y Siria, y unos 1.200 ciudadanos franceses se han unido a las filas de este grupo radical.
Tanto el presidente francés, François Hollande, como su ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, aseguran que el Estado Islámico supone una amenaza directa para la seguridad nacional y que los objetivos de sus operaciones en Siria -iniciadas en septiembre- son campos en los que se entrena a combatientes extranjeros que pueden atacar luego en Francia.
El EI argumentó ayer la matanza de París alegando que el Gobierno francés "se ha jactado de luchar contra el islam en Francia y ha atacado a los musulmanes en la tierra del califato con sus aviones".
Para la analista del Centro Carnegie para Oriente Medio, Maha Yahia, los atentados del viernes requirieron "mucha organización, tiempo y conocer muy bien París".
Por ello, la experta consideró, en declaraciones a Efe, que no tienen una relación directa con los recientes bombardeos en Siria sino más bien con el hecho de que hay franceses combatiendo con el EI que regresan a su país para perpetrar ataques.
Ya en noviembre de 2014 la productora del EI Al Hayat difundió un vídeo en el que se ve a varios terroristas procedentes supuestamente de Francia quemando sus pasaportes, al tiempo que instan a "operar" en ese país a aquellos franceses musulmanes que no han viajado a Siria e Irak.
No solo el EI puso Francia en su punto de mira, también la organización Al Qaeda pidió en 2008 atentar en París contra centros económicos y lugares públicos de esta ciudad, que calificó de "capital de los cruzados".
El actual líder de Al Qaeda y entonces "número dos", Ayman al Zawahiri, dijo además en 2002 que sus "muyahidin" (guerreros santos) estaban dispuestos a realizar más acciones en Francia.
Fue de hecho la rama de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) la que reivindicó la autoría del atentado perpetrado a principios de enero pasado contra la revista satírica francesa "Charlie Hebdo" en "venganza" por las supuestas ofensas contra el profeta Mahoma.
Tras los últimos ataques, Hollande subrayó que Francia "no tendrá piedad" con los terroristas, mientras que el primer ministro, Manuel Valls, reiteró que su país "está en guerra" contra el terrorismo y que tiene previsto "golpear" al Estado Islámico.
La aviación francesa comenzó sus ataques en Irak, y a partir del pasado 19 de septiembre amplió su misión a Siria, donde en este periodo ha efectuado unos 270 bombardeos.
"El Gobierno francés necesita responder para enviar un mensaje interno (a su opinión pública) y externo", dijo la analista Yahia, que expresó sus temores a las repercusiones que los atentados pueden traer.
Esta experta del Centro Carnegie indicó que se puede dar una guerra contra el islam, pese a que los ataques "no guardan relación con la religión", y que puede haber "racismo".
Advirtió sobre "una reacción populista" contra los refugiados sirios y contra la comunidad musulmana que vive en Europa, después de que haya trascendido que dos de los supuestos atacantes de París habrían llegado a través de la "ruta balcánica" que usan los refugiados desde hace meses.
Al respecto, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean Claude Juncker, pidió hoy a todos en Europa "no confundir" a los terroristas con los refugiados que "huyen de la filosofía y mentalidad que inspiran" estos actos.
Los atentados en París ponen en duda la efectividad de las operaciones de la coalición internacional contra el EI en territorio sirio e iraquí, que comenzaron hace más de un año y no han logrado debilitar al grupo terrorista.
En opinión de la analista, "la opción militar es importante pero no la solución", ya que considera que es necesaria una campaña más amplia para abordar las raíces "socioeconómicas del problema", evitando la exclusión en países como Francia de los jóvenes musulmanes.
Con los atentados de París se confirma un cambio de estrategia del EI, que se sale de la zona que ha declarado su "califato" y los países vecinos, como Turquía, Egipto o el Líbano, blanco de recientes atentados.