El juzgado que instruye el caso de la directora de la Escuela Infantil La Casita detenida por presuntos malos tratos físicos y psíquicos a niños de los dos centros de La Cartuja y Olivar de Rivero que abarca esta firma ha comenzado a tomar declaración a las partes. Las primeras en hacerlo han sido la ex trabajadora del centro que denunció aportando videos y audios para sostener su relato, una tía suya que también trabaja en este ámbito, además de otras dos ex empleadas de las guarderías.
Las cuatro comparecieron a comienzos de este mes en los juzgados, en unas manifestaciones que, según el abogado de la defensa, Rodrigo Tejero, “matizaron” hechos aportados y “vacían de contenidos” las denuncias realizadas por los padres tras conocerse el caso hasta el punto de contradecirse.
En este sentido, el letrado de la acusada, que ayer convocó a los medios en el establecimiento de La Cartuja, se refirió al hecho del “cuarto oscuro” con el que presuntamente la directora amenazaba a los niños con encerrarlos si se portaban mal fuera una estancia en la que “daba mucho el sol y por eso se solía tener las persianas echadas”.
Ni duchas ni niños amarrados
En esta misma línea, según expone este mismo abogado, las denunciantes también rechazaron que a los niños se les duchara como castigo y que se amarraran, precisando que se trataba de los arnés de seguridad de los carritos. Sí mantienen, sin embargo, los episodios “esporádicos” en los que la directora presuntamente lanza juguetes y peluches del centro a los menores. Desde la defensa subrayan además la “inquina” que, en su opinión, caracterizó al testimonio de la principal denunciante a la hora de mencionar a los nietos de la imputada, que también van a la guardería que regenta su abuela, del que dedujo que se tomaba ciertas cuestiones como “algo personal”. Sin embargo, resalta, esta ex trabajadora que lidera la denuncia por la que el Servicio de Atención a la Familia (SAF) abrió una investigación que culminó en el arresto de la acusada, solo prestó sus servicios “entre septiembre y octubre”causando baja ella voluntariamente para irse a otra guardería.
El letrado de la acusada insiste en que las aportaciones y los videos que fundamental a la denuncia están “descontextualizados” ya que “ni la imagen ni la voz” de la imputada aparecen”. Por último, pide que se respete la presunción de inocencia de su representada, de la que asegura que está “noqueada” con todo lo ocurrido” y asegura que pese a su orden de alejamiento de 100 metros sigue gestionando la dirección “económica” de las guarderías sin acudir físicamente. Además, critica el “oportunismo” y la “contaminación” que en el que han caído tanto padres del centro como antiguos usuarios en perjuicio de su patrocinada.