Enero es sinónimo de cuesta ante las dificultades para hacer frente las compras de la Navidad y Reyes, pero también de nuevos propósitos. Junto con apuntarse o ir más al gimnasio, el dejar de fumar encabeza el ranking de los adictos al tabaco tanto por razones de salud como económicas. En los centros de salud no tardarán en notarlo y por ello desde el SAS (Servicio Andaluz de Salud) ya vaticinan un repunte en el número de usuarios que se interesen por los recursos de deshabituación tabáquica que ofrecen de forma completamente gratuita.
Este asesoramiento de profesionales del SAS se lleva a cabo a través del Plan Integral de Tabaquismo de Andalucía (PITA), habilitado hace ocho años, a través de la puesta en marcha de recursos y la elaboración de estudios específicos para abordar cada situación con una metodología específica y adaptada a sus características concretas. En virtud de esta iniciativa, todos los centros de salud y consultorios ofrecen intervención básica y consejos para dejar de fumar.
Según los datos que maneja Josefa Rojas, responsable del Plan Integral del Tabaquismo en Andalucía (PITA), en el caso del área sanitaria Norte de Cádiz, que abarca los centros de salud de Jerez, la Costa Noroeste y la Sierra de Cádiz, unas 88.000 personas encarnan a la población diana fumadora.
Dentro de ella hay muchas variantes: los que se encuentran en la denominada “fase de precontemplación” que no se plantean dejarlo, de “contemplación” que pretenden hacerlo pero “no ven el momento” y se lo plantean a “medio y largo plazo” y los que están en “fase de acción”, es decir, listos para iniciar terapias.
Se trata del 10% de la población fumadora de 88.000 personas que contactan con el SAS, es decir, 8.800 usuarios que en 2014 recibieron terapia avanzada. Les une un mismo factor común: están decididos a dar plantón al tabaco, ya sea por problemas de salud crónicos (diabetes u otras dolencias), por prescripción médica o por ahorro económico. A todos ellos se les sometió a una intervención básica con programas individuales o grupales.
De los primeros, según indica la responsable del programa, se realizaron el pasado año 5.900, a las que hay que sumar unas 477 grupales. Normalmente, son los propios fumadores los que eligen los métodos a aplicar y dependiendo del caso necesitarán o no fármacos. Así tras cuatro sesiones semanales de 60 a 90 minutos, a la que se unirá una quinta si es necesario dependiendo del grado de dependencia y de motivación, el paciente pondrá fecha para dejarlo. Después, el SAS ofrece un seguimiento que se prolongará durante un año y que tendrá especial atención en los seis primeros meses, al haber peligro de recaída.
¿Lo consiguen todos?Según las estadísticas del Plan PITA, un 60% de las personas que han completado todas las sesiones y las revisiones a los tres y seis meses y al año dejan de fumar. Paralelamente a esta ayuda profesional, el contexto también influye a la hora de tomar esta determinación, coincidiendo con cambios de normativas y la presión social que se ejerce contra el tabaco y la publicidad negativa. ¿Cuál es el perfil del fumador?Se trata de un hombre entre 25 y 40 años, desempleado y con dificultades económicas y de clase baja. Son ellos paradójicamente los que más gastan en paquetes de cigarrillos pese a que sus circunstancias no se lo permitan.