Una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) llega hoy a Haití para ayudar en la resolución del estancamiento político mientras el gobierno haitiano recurre al diálogo para hallar una salida a la crisis política generada por el aplazamiento de la segunda vuelta de los comicios presidenciales.
Se trata de buscar una salida consensuada y rápida ante el fin del mandato del presidente, Michel Martelly, el 7 de febrero sin que aún se haya elegido al sucesor, y evitar un vacío de poder, según indicaron a EFE fuentes próximas a las conversaciones.
Éstas se intensifican conforme se aproxima el día 7 con la participación del Gobierno y el Legislativo, entre otros.
Se espera que la misión llegue a última hora del día para iniciar mañana su agenda de trabajo, que no ha sido dada a conocer.
La llegada de la misión fue criticada ayer por la oposición, aglutinada en lo que se denomina "G8", que advirtió que "puede empeorar" la situación en vez de resolverla.
En una nota el "G8" dijo sentirse pesimista ante un posible éxito de la misión, cuya presencia fue solicitada por Martelly para "preservar la institucionalidad democrática".
La misión, aprobada en el Consejo Permanente del organismo el miércoles pasado, estará encabezada por el presidente de turno del organismo, el representante de Antigua y Barbuda, Ronald Sanders.
Según afirmó entonces el secretario general de la OEA, Luis Almagro, la solución del conflicto político "debe ser acordada por los haitianos", y pidió al jefe de Estado y al presidente del Senado, Joslerme Privert, que "el mecanismo de gobierno que se adopte cuando concluya el mandato de Martelly sea lo más breve posible" y esté refrendado por la Corte Suprema.
La misión de la OEA tiene por objetivo "colaborar para lograr un entendimiento entre los haitianos" y para ello establecerá un diálogo con los principales representantes políticos y sociales de Haití, añadió.
Completarán la misión Leónidas Rosa Bautista, representante ante la OEA, excanciller y exfiscal general de Honduras; Sonia Johnny, exrepresentante de Santa Lucía ante la OEA; Gabriel Bidegain, asesor político principal del secretario general; y Steven Griner, director del departamento de Sustentabilidad Democrática y Misiones Especiales del organismo.
Este equipo contará con el apoyo de Frederic Bolduc, representante especial del secretario general en Haití.
Por si la crisis electoral no fuera suficiente Martelly, que anunció que retomaría su profesión de cantante cuando dejara de ser presidente, difundió hoy una canción para el carnaval en la que critica a la oposición y a la periodista haitiana, Liliane Pierre Paul, una de las figuras más respetadas en la prensa local con más de 30 años de carrera a sus espaldas.
La canción comienza con la estrofa "me da igual cualquier situación, nada me importa". Luego critica a la oposición y llega recurrir a metáforas sexistas para referirse a las partes íntimas de la periodista.
El presidente del Senado afirmó hoy a los medios locales que se trabaja duro para buscar una solución y evitar un vacío de poder. "Todavía no tenemos un acuerdo con el Ejecutivo pero estamos avanzando para crear un calendario".
Según Privert, la hoja de ruta debe dotar al país de un Gobierno que "organice unas elecciones", suspendidas ya en dos ocasiones.
Haití debía haber celebrado el pasado domingo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que fueron pospuestas nuevamente dos días antes por el Consejo Electoral Provisional (CEP) ante la violencia causada por las denuncias de fraude.
A la segunda ronda habían llegado el candidato oficialista Jovenel Moise y el opositor Jude Celestin, que se negó a participar ante el supuesto fraude en la primera ronda del pasado 25 de octubre.
Varios organismos internacionales piden e insisten estos días en que se dé una solución rápida para evitar que el país tenga un vacío de poder que agrave la actual situación, con manifestaciones, muchas violentas y prácticamente diarias.
Fuentes cercanas al diálogo explicaron que Martelly y los presidentes del Senado y la Cámara baja están en contacto permanente con todos los actores para encontrar una fórmula de transición tras el 7 de febrero.
El mandatario dijo que no dejará el poder sin un acuerdo político y añadió estar dispuesto a "sacrificarse por el país", declaración a la que la oposición ha respondido con protestas diarias.