Nuevamente, en la tercera jornada de la Semana Santa onubense, la lluvia ha robado protagonismo a un Martes Santo que, no obstante, pudo salvar el tipo y sacar a sus cuatro hermandades a la calle. De hecho, si los primeros pronósticos alertaban de un pequeño riesgo de precipitaciones a media tarde, la temida lluvia hizo acto de presencia en forma de rápido chaparrón rozando las 21.00 horas, una hora tardía que pilló a las cuatro hermandades en la calle: Estudiantes y La Lanzada decidieron refugiarse en la Concepción, mientras que Sentencia siguió su camino, metida en Carrera Oficial; y Pasión, que casi acababa de salir de San Pedro, no titubeó y continuó, sin prisa y con calma, con su estación de penitencia, lo que provocó que, al cierre de esta edición, Lanzada y Estudiantes siguieran en la Concepción a la espera del paso de Pasión por Carrera Oficial para decidir qué hacer.
La Sentencia
La hermandad de Pérez Cubillas inauguró la jornada del Martes Santo. Centenares de onubenses se echaron a las calles para ver en la Parroquia de San Francisco de Asís a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y a Nuestra Señora de la Salud en un paso con las imágenes de Pilatos, Barrabás, Claudia Prócula, el sanedrita, dos romanos y un esclavo.
La posibilidad de lluvia sembró la incertidumbre a esta novel cofradía a escasos metros de su salida a las 15.15 horas. Sin embargo, el cielo supo esperar, y con paso firme la Sentencia entró en Carrera Oficial a las 19.45 horas y volvió a su templo de Pérez Cubillas, valiente.
La Lanzada
Poco después de las 17.45 horas y tras un tiempo de debate en la Junta Directiva ante las dudas climatológicas que hizo que Estudiantes se adelantara en el orden de salida, la Hermandad de la Lanzada, de manera unánime, tomó la decisión de salir. La Semana Santa de Huelva empezó a disfrutar de la hermandad de la barriada del Carmen, que estrenaba la lanza de Longinos, regalo de la Banda de Cornetas y Tambores Virgen de la Salud, y las cartelas laterales de la canastilla del paso de misterio.
Tras el Cristo de la Sagrada Lanzada, salió Nuestra Señora de los Dolores, amparada por su barrio como lo estuvo el Viernes de Dolores. La levantá para salir de la Casa Hermandad la dedicó el capataz Lolo Gómez a las víctimas del atentado de Bruselas.
La Lanzada inició su procesión con normalidad, echando la vista a un cielo que no acababa de clarear, pero con paso decidido hacia una Carrera Oficial que la recibió a las ocho de la tarde. La lejanía de su casa, en las Colonias, hizo que la hermandad alterara su estación de penitencia y pidiera refugio en la Concepción.
Estudiantes
Tras las primeras ‘levantás’ del Santísimo Cristo de la Sangre dedicadas a una hermana gravemente enferma y al imaginero Antonio León Ortega, puntual a su cita con el Martes Santo, a las 17.40 horas partió la hermandad de Estudiantes desde la Parroquia de San Sebastián. Mezcla de sentimientos en los asistentes a la calle Cantero Cuadrado. Lágrimas de emoción y de alegría por ver a Nuestra Señora del Valle salir por el estrecho pórtico de San Sebastián. Sobre las 20.45 horas, la hermandad de Estudiantes se adentró en una Carrera Oficial plagada de miles de onubenses. Al igual que en el caso de la Lanzada, una leve lluvia motivó que Estudiantes decidiera también refugiarse en la Concepción, lo que provocó escenas poco habituales del Martes Santo, con dos hermandades, casi a la vez, entrando en el céntrico templo.
Pasión
La última salida del Martes Santo congregó a una multitud en el entorno de San Pedro, el Señor de Pasión y su populosa corte de nazarenos aguardaba en su templo para cumplir un año más con su estación de penitencia.
Escrupulosa con su horario, la Hermandad de Pasión puso en la calle su Cruz de Guía a las 19.30 horas, ante un cielo grisáceo y rosado, expectante. Veinte minutos después, con los costaleros a tierra para salvar el dintel de San Pedro, Nuestro Padre Jesús de la Pasión salía al encuentro de Huelva guiado por un emocionado Antonio González, capataz y presidente del Consejo de Hermandades.
A las 20.10 horas, con una abarrotada plaza de San Pedro en silencio, Manuel Encuentro dedicaba al Señor de Pasión su primera saeta, mientras que 15 minutos después, tras una ‘levantá’ en el interior del tempo dedicada a la Virgen de la Victoria, María Santísima del Refugio, también con sus costeros a tierra el faldón delantero recogido, aparecía por el pórtico de San Pedro.
La luna lucía clara y luminosa en un cielo que poco después se tornaría en lluvia. Pasión, valiente, hizo caso omiso y siguió su paso. Se completó el Martes Santo.
