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Pedro “Banquete", un torero para Conil

Pedro “Banquete”, hijo de Ambrosio Mures "Banquete" quien triunfó en la década de los setenta, se prepara para debutar en público dentro de unos meses.

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  • Pedro “Banquete”.

Acudir a la finca “La Canaleja”, asentada a los pies de Medina Sidonia, en plena corazón de la Ruta del Toro, es una delicia. Con abundante pastos y hermosos trigales, que le han venido muy bien las aguas de mayo pasado, viven al aire libre y  a placer, toros y vacas que forman la ganadería de Hermanos Torres Gallego,  que un día creara el buen aficionado de linaje alcalaíno,  Juan Torres Sánchez. Lidiaron con éxito  en plazas como Madrid, Valencia, El Puerto, Murcia y otras poblaciones de Castilla y Levante. Hoy su hijo Pedro, buen aficionado y caballista, lleva las riendas de la ganadería. Hasta allí toreros y aficionados  se acercan para vivir la grandeza del toro en el campo y comprobar la bravura de este hierro que tiene procedencia entre otras de Torrestrella y Jandilla.

En el tentadero de una mañana soleada, nos encontramos con Pedro “Banquete”, que se prepara para debutar en público dentro de unos meses. El chaval suda y se esfuerza ante una vaca, que embiste con  bravura alegría, y fijeza.

¿Cómo te has encontrado?
Me ha gustado por el pitón izquierdo y he podido torear como  me gusta. Con relajo, templado,  quieta la planta... Procuro siempre estar por encima de mis posibilidades. Quiero estar muy preparado. No quiero defraudar a nadie.

¿Sabes que esta preparación exige mucha dedicación y sacrificios?
Así es, el esfuerzo diario te obliga a corregir defectos. Un torero tiene que tener siempre continuidad. El día a día es fundamental. A  mi me gusta pasarme las vacas cerca y estar en el sitio,  eso me exige tener conocimientos de los terrenos y del animal, para cuando llega la hora triunfar y abrirme camino. Sin público no hay torero. Hay que estar bien siempre que se pueda.

Tu padre, Ambrosio Mures, "Banquete" triunfó en la década de los años 70, se la jugaba todas las tardes. En San Sebastián de los Reyes, donde toreó cuatro veces, Toledo y otras plazas de Madrid y sus alrededores. ¿Es un ejemplo a seguir?
Es el espejo donde me miro. Lo es todo para mi. Sus sabios consejos me ayudan.  He aprendido mucho de él. Aprovecho igualmente para agradecerle a Antonio Sánchez  "El Trueno", otro buen torero que ha dado Conil, lo mismo que lo fue mi padre, la ayuda y consejos que siempre me brinda. Es el seguidor nº 1 que tengo, lo mismo que su hijo Manolo, otro buen amigo, que también fue novillero y entiende mucho de esto, sin olvidar a mi tío Paco García, que tanto suspira por verme pronto en una plaza.

Supongo que también hay ganaderos que te echan una manita
Pues sí. Pedro Torres, me trata con cariño, me ayuda, orienta,  y siempre tiene vacas para venir a su finca, al igual que Carlos Núñez en Tapatana, donde el trato es exquisito.

De tu paso por la Escuela Montes Paquiro de Chiclana, ¿Qué recuerdos tiene?
Al maestro y director Emilio Oliva, le estoy muy agradecido. Me ayudó y me enseñó muchos secretos,  durante el tiempo que estuve. Después me invitaron a la Escuela Taurina de Málaga, que dirige el maestro Fernando Cámara.

El público es el que manda y tiene sus propios gustos...
Hay que adaptarse a ello, transmitir y llegar a los tendidos. El toro no pide el carnet de identidad.

Valor, poder y afición toda. Es la exigencia de los que vayan a verte
Tengo periódicos y revistas como El Ruedo, cuando mi padre toreaba y decían “Banquete se pasa los cuernos por el pecho, sin darle importancia”. Era una verdad tan tremenda que no admitía duda. Quiero seguir el mismo camino.

Para llegar a eso hay que estar muy preparado y no precipitarse 
En Conil hay muchos aficionados y una  Peña “El Albero” que es un ejemplo. No quiero defraudarlos como he comentado antes.

Adopta el apodo de tu padre de “Banquete” ¿por qué?
Es el mejor homenaje a todo lo que luchó y sufrió por ahí arriba.  No tuvo suerte. Los apoderados no se portaron bien con él. Ahora es feliz viéndome y yo tengo que corresponderle.

Este Pedro, tiene las ideas claras. Deseamos toda la suerte del mundo y que nunca baje la guardia.

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