Inmaculada Concepción López Barrera, se presentó a las elecciones municipales por San Fernando sí se puede, la marca blanda de Podemos. Duró apenas tres meses en un grupo municipal que intentaba encauzar sus pasos cuando se había metido en política precisamente para cambiar la dinámica de la política.
Pasó a ser concejal no adscrita porque se negó a entregar el acta de concejal a pesar de las muchas presiones. Y a pesar de ser el verso suelto de la Corporación, de no recibir convocatorias de colectivos porque es el grupo municipal el que las recibe, de estar y no estar prácticamente en la Corporación, realiza un trabajo encomiable que al principio le costó lo suyo, pero el método comienza funcionar con fluidez catorce meses después de tomar posesión de su cargo como concejala.
¿Cuáles son sus instrumentos? Las redes sociales, el vehículo de comunicación más poderoso que existe. En Facebook tiene su cuenta como Conchi LB y a través de esa red opina, discute, denuncia… pero también mantiene contacto cuasi directo con la sociedad a la que tiene que defender y por la que tiene que trabajar.
Es fácil verla en Facebook y otras redes, pero no lo es en los medios de comunicación porque dice que para dar una opinión sobre lo primero que salta no hay que convocar una rueda de prensa, lo cual, si todos hicieran lo mismo, posiblemente los periódicos tendrían que replantearse muchas cosas.
Pero sí habla en los Plenos, de los que dice que es necesario un turno más de palabra porque la última la pone el Gobierno. Sabe que un turno más puede eternizar las sesiones, como ocurre en otras ciudades donde los Plenos son maratones que a veces no sirven para nada “porque a las cuatro o cinco horas de estar debatiendo ya se pierde la perspectiva”, pero al menos se podían poner dos Plenos al mes.
Harto difícil teniendo en cuenta que la mayoría de las competencias las tiene la Junta de Gobierno Local y que sólo hay que ver las convocatorias plenarias para ver la ridícula lista de puntos resolutivos que se presentan.
Las sesiones son más políticas que otra cosa porque el debate se basa en las mociones y muchas veces en mociones en las que el Pleno no tiene competencias pero que los grupos políticos presentan obligados por los partidos a los que representan.
Y sobre todo habla directamente con los colectivos afectados por problemas, directamente, sin llamar a un fotógrafo que deje constancia, con el ánimo de ayudar si puede, apoyar al menos.
No está sola
De todas formas, Inmaculada López no está sola. Tiene su círculo en Podemos, reconocido, con lo que hay tres en San Fernando. El oficial Podemos San Fernando que tiene su sede en la calle Real 59, una gran sede para las asambleas y que se pueden pagar porque cobran como grupo municipal, y los círculo Norte que fue el primero que se separó del oficialismo aunque está poco activo y el Sectorial donde mantienen reuniones y tratan los problemas de la ciudad.
Tiene los pies en el suelo y sabe que los gobiernos del cambio lo están pasando mal porque prometieron demasiado, que la realidad les ha dado en la cara y los ha hecho dar marcha atrás en muchas pretensiones, muchas veces pretensiosas. Además de que la gente está cada vez más desilusionada con la política, no sólo con Podemos que ha bajado en las encuestas y sobre todo en votos, sino con los políticos en general.
Eso hace que las asambleas no sean, ni mucho menos, multitudinarias y que mover a la gente en una ciudad apática –como tantas otras- se convierta en una odisea de la que no siempre se sale bien.
Pero ello no quita ilusión y voluntad a quien entró en política para cambiar las cosas, aunque las circunstancias la mantengan como la voz más débil de la Corporación.
Débil en cuanto a la capacidad para cambiar algo, pero fuerte y clara cuando discute y defiende sus postulados, vehementemente incluso porque “cuando creo en una cosa, la defiendo. Puede que esté equivocada, pero si creo en ella la defiendo”.
Pocos y divididos, mal futuro para 2020
Lo que ha sido de Podemos en estos pocos meses desde las elecciones municipales va a pasar factura en las próximas y ella lo sabe. Primero porque los círculos desunidos o enfrentados entre sí hacen difícil repetir los resultados de mayo de 2015. Y segundo porque la marca a nivel nacional también está sufriendo el desgaste. No sabe lo que va a pasar ni cómo lo van a hacer. Le interesa más el día a día, los problemas de San Fernando, una ciudad que ¿tiene remedio? Cree que sí, que hay caldo de cultivo y tierra que cultivar. Salineros, mariscadores... Todo eso de lo que se viene hablando desde hace años y que ahora engloban en el anglicismo clúster y que suena más a los eufemismos con los que los políticos adornan las cosas para intentar venderlas. ¿Pero y la ilusión? ¿Se puede recuperar la ilusión que al fin y al cabo es el principio de cualquier logro políticos, ilusionar a la gente, hacer que la gente ilusionada haga posible lo imposible? Inmaculada López reitera que la apatía es un problema, cree que este verano se ha visto un poco “muy poquito más” de ilusión en las calles, pero no todo va a ser fiestas y apoyo a la hostelería. Hay que valorar y poner en valor los recursos de la ciudad. Que los tiene.