Este jueves se cumplen 36 años del inicio de las obras de un edificio que ha traído más de un quebradero de cabeza a los vecinos de La Antilla. No sólo supone el peor escaparate para esta área costera de Lepe, sino que tras 35 años de abandono, la obra inacabada se ha convertido en un foco de insalubridad e inseguridad.
Tras más de 30 años durmiendo el sueño de los justos, su necesario derribo ha sido rescatado del olvido gracias a la movilización vecinal. Una vez más, ha sido la ciudadanía la que se ha echado una responsabilidad que no le corresponde a sus espaldas, y al fin, ha logrado que se active la petición de demolición y, mientras esto llegue, que se actúe en la zona para evitar daños mayores.
La plataforma ‘Demolición Ruina en La Antilla’ no ha parado durante el verano, recabando apoyos a pie de playa para lograr que esa mole que tienen junto a sus viviendas desaparezca del sitio donde nunca debió estar, en la calle Guadiana.
Han logrado más de 2.000 firmas de apoyo, entregadas en el Ayuntamiento de Lepe, a las que hay que sumar las logradas a través de la plataforma change.org y en Facebook. Un trabajo que, esta vez, no ha caído en saco roto, dado que el Consistorio lepero, en cuyo término se levanta el polémico edificio en ruinas, se comprometió a realizar unas actuaciones urgentes en la zona y en ello está.
Además, según indican desde la plataforma y corrobora el Consistorio, el Área de Urbanismo del Ayuntamiento está ya en trámites con Costas, propietaria del edificio -esto es, el Estado-, para solicitar el derribo del mismo.
Adelantar presupuesto
Según han indicado fuentes municipales a Viva Huelva, el compromiso del Consistorio con estos vecinos indignados va más allá, y estarían dispuestos a adelantar el presupuesto necesario para el derribo para agilizarlo.
Por el momento ya se ha limpiado y desinfectado el interior, se ha cerrado la planta baja y se ha actuado en las zonas donde había peligro inminente de derrumbe. Esta semana se trabaja en el apuntalamiento de la parte sur, en el alambrado de las terrazas y en la limpieza y desinfección del entorno, según explican desde la plataforma, que, pese a mostrar una satisfacción moderada por las actuaciones realizadas, advierte que estará vigilante para que el edificio de la polémica, 35 años después, pase a mejor vida.