El delantero Roman Zozulya se entrenó hoy con el resto de la plantilla del Real Betis en una sesión a puerta cerrada en la que el punta ucraniano recibió el calor de sus compañeros y participó en todos los ejercicios planificados por el cuerpo técnico bético dirigido por el entrenador, Víctor Sánchez.
Zozulya intenta así proseguir con su rutina y normalidad ante el apoyo de la plantilla bética, mientras se solucionan los pormenores contractuales de su fallida cesión al Rayo Vallecano por la oposición de grupos ultras e intentando mantenerse al margen del debate, hasta político y diplomático, que ha generado su caso.
Mientras las partes implicadas intentan encauzar y solucionar la situación que vive el delantero de Kiev, éste va dando pasos y, si ayer entrenó en solitario en el gimnasio, hoy lo ha hecho ya con sus compañeros béticos, que ya lo apoyaron explícitamente en una comparecencia pública y hoy lo han vuelto a hacer vestidos de corto.
Al saltar al campo de la ciudad deportiva 'Luis del Sol', Roman Zozulya ha sido recibido con bromas y aplausos por los jugadores del Betis y, desde ese momento, el ucraniano ha sido uno más a las órdenes de Víctor Sánchez y también de su preparador físico, Nacho Oria, quien lo ha amparado de manera especial.
El delantero ha completado todos los ejercicios y ha departido de manera especial con jugadores como el lateral danés de origen albanés Riza Durmisi, con el portero Dani Giménez y con una de las últimas incorporaciones béticas en el mercado de invierno, el mediocentro riojano Rubén Pardo, cedido por la Real Sociedad.
Él punta, distendido y relajado pese a todo lo que viene soportando durante los últimos siete días, ha estado en todo momento implicado en los ejercicios físicos y, posteriormente, en los rondos que ha hecho la totalidad de la plantilla, en los que ha estado apoyado por el secretario técnico verdiblanco, Alexis Trujillo.
Roman Zozulya, mientras intenta en la medida de lo posible vivir su día a día de futbolista, prosigue con las gestiones en busca de una salida a la encrucijada en la que lo ha colocado la oposición de los hinchas del Rayo Vallecano a su cesión hasta el próximo 30 de junio.
Esta salida debería satisfacer al club que cede, al que recibe al jugador y al propio Zozulya, que ha pasado los últimos días en negociaciones a muchas bandas -AFE, LaLiga y los clubes- para armonizar asuntos como su derecho constitucional al trabajo y la seguridad de su propia familia, además de saber quién le va a pagar el sueldo, entre otros y nada desdeñables asuntos.