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El "calentón" de la "provocación de los concejales"

Este martes se celebraba el juicio contra dos acusados por un delito de amenazas e injurias al portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Cádiz

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 Los dos acusados de un delito de amenazas e injurias al portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Cádiz, Fran González, durante el Pleno de aprobación de los presupuestos municipales, han afirmado que “los concejales estaban provocando”. Además, uno de ellos ha asegurado que le estaban “increpando” y “llamándonos borregos”. La petición del Fiscal, a la que se ha adherido la acusación particular, es por un delito de amenazas para cada uno de ellos de un año y seis meses de prisión, a la vez que para el segundo de los acusados le añaden un delito leve de injurias. La acusación popular mantiene el delito de atentado y rebaja la pena de cuatro a dos años de cárcel. No obstante, si no se acepta el delito de atentado, alternativamente, pedirá una condena por amenaza, adheríendose así al escrito del fiscal.

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz celebraba ayer el juicio por los hechos producidos en el Pleno celebrado en el Ayuntamiento gaditano el pasado 1 de julio, cuando se llevaron a cabo unas supuestas amenazas por dos ciudadanos que se situaban como público en el Salón plenario, que supuestamente manifestaron que “aún no entiendo como paseáis por la ciudad sin escolta”. En relación a lo de la escolta Manuel Alexis González puso como ejemplo la escolta de un cantante que “necesita que no le molesten”. Defendió el hecho de poder increpar “de forma pacífica porque somos ciudadanos y ellos nos representan”.

Uno de los acusados, Manuel Alexis González, para quien la Fiscalía pide un año y medio de prisión por un presunto delito de amenazas al portavoz socialista, ha afirmado que no es “una persona política”, aunque ha reconocido, a pregunta de la acusación, que iba como número 13 en una de las listas electorales de uno de los partidos que gobiernan en la capital gaditana. Su vinculación con Podemos también quedó de manifiesto el día del Pleno de investidura, cuando “trabajó conjuntamente con la Policía Local, con un grupo de organización de Podemos”.
Asimismo, ha afirmado que cuando llegó al Pleno ya estaba empezado y ha asegurado que “estaba bronco y los concejales estaban tensos con el público”. Como ejemplo nombró al socialista Juan Cantero.

El acusado ha asegurado que cuando se dirigió a los concejales “no fue personalmente a nadie, sino una generalización a los políticos, que a mí no me representan”. No obstante, tras afirmar que es “una persona pacífica”, ha señalado que “no fue consciente” y que “nunca” fue su “intención provocar temor”.  Lo resume con un “estaba enfadado”. Fue al Pleno con la intención de evitar que se aprobaran los presupuestos pero “no con la intención de reventarlo”.

En la versión de Alexis se incluía que su enfado iba dirigido a que al no aprobarse los presupuestos no se incluía un apartida destinada a la lucha contra el bulling, aspecto en el que trabaja como monitor y en el que llevaba seis meses con reuniones técnicas para que saliera adelante. Afirmó que fue al Pleno solo y que allí se encontró con conocidos.

“Fue un momento de calentón. Me equivoqué. Fue un grave error y a las tres horas mandé una nota pidiendo disculpas. He provocado que una persona se sienta mal y pedí perdón, aunque entiendo que pudiera sentirse amenazado él y varios más”, ha concluido el acusado.

Por su parte, el segundo de los acusados, también por un delito de amenazas y otro de injurias --al insultar supuestamente al portavoz del PSOE cuando se encontraba en el Pleno--, ha señalado que asistió al Pleno por “razones personales” y ha asegurado que “él --por el portavoz socialista-- y varios concejales más provocaron. Me hicieron perder las formas, nos llamaron borregos. Me sentí insultado personalmente”. Dijo en la vista que es “incierto” que les dijera que llevaran escolta.

En este sentido, ha añadido que le dijo al portavoz del PSOE que lo que le tuviera que decir se “lo dijera fuera”, “porque con el ruido no se oía”. Además, ha asegurado que no le llamó “hijo de puta, sino que dijo me cago en la puta”, pero “no iba dirigido a nadie, sino que era en general”.

Desde la defensa de Manuel Alexis González se incidió en todo momento a la hora de preguntar a los testigos en el hecho de si había terminado el Pleno de presupuestos o no con la intención de demostrar que no se había coartado la función de los representantes públicos que ejercieron el voto.

Mientras tanto, en sus conclusiones, la defensa de Manuel Jesús Fuentes desvinculó a su defendido de las relaciones con Manuel Alexis, así como de cualquier vinculación ideológica a Podemos, que no se ha acreditado. Ambos pidieron la absolución de sus defendidos.

Los testigos

Como testigos estaban los concejales del PSOE, María José Rodríguez y Victoria Rodríguez, que refrendaron cada una de las palabras de su portavoz, Fran González. Victoria Rodríguez definía lo ocurrido como “si fueran hinchas de un partido de fútbol”. Todos coincidían en que se ha vivido en otros plenos pero no con ese nivel de “agresividad”. Palabras como chorizos, mafiosos, o corruptos se escuchan en los plenos.

González afirmó que no era la primera ocasión en la que se sentía amenazado, que también sufrió un episodio en el Pleno de constitución de la Corporación municipal, y que acudió a la Policía Nacional para que indagaran sobre algunas dedicatorias en redes sociales.

Su rutina cambió: recibió llamada de la Subdelegación por si precisaba de escolta, ha tenido que ir del Mentidero a la calle Cobo en taxi a llevar a sus hijos a la guardería o cambiar el recorrido al colegio. “Sí me ha cambiado la vida”, afirmó. Sus compañeras de bancada afirmaron que se pretendía “influir en el voto del PSOE”, así como que “sentimos miedo y no todo vale”.

Ignacio Romaní (portavoz del PP) recordó un episodio similar protagonizado por Alexis González en la anterior legislatura. Asimismo, criticó que el alcalde no ofreciera su amparo a un compañero de Corporación. También indicó que asesores del Gobierno local señalaban al público dónde debía sentarse, según le dijeron miembros de su partido.

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