Dos consejos: mejorar los hábitos alimenticios y dedicar alguna hora del día a hacer ejercicio. Todo con el objetivo de cuidar del corazón, del motor de nuestra vida. La asociación cardiaca Trébol de Corazones, que tiene su sede en el edificio de las Hermanas Mirabal en Cádiz, ha organizado para este viernes el Día del Corazón. Para ello, su presidenta Araceli Rodríguez Granados cuenta que se ha organizado en el Puerta del Mar un desayuno cardiosaludable para escolares de los centros Amor de Dios y Virgen de Lourdes, donde a unos 100 niños se les insistirá en la importancia que tiene alimentarse desde primera hora con productos saludables y no con bollería industrial, batidos o zumos. En segundo lugar, partirán andando desde el hospital hasta la plaza de la Catedral, donde podrán atender a talleres relacionados con las emergencias, la reanimación cardiopulmonar y otros aspectos relacionados con los riesgos cardiacos.
Cuando uno ha sufrido un infarto o una angina de pecho, “te cambia toda la vida”, explicar Araceli Rodríguez, porque tienes que revisar todo lo que has venido haciendo y “cambiar tus hábitos casi al cien por cien. Tenemos que aprender de los errores”. Los factores de riesgo que no se pueden modificar son la genética, la edad y el sexo. Como curiosidad es importante tener en cuenta que la mujer al pasar la menopausia se iguala en índice de riesgo con el hombre. También hay factores que se pueden cambiar para evitar la enfermedad cardiovascular: el estrés, el tabaco, la ansiedad o la depresión.
Por eso es más que necesario, explica Juani Delgado Pacheco, la enfermera de la asociación, caminar entre 30 y 60 minutos todos los días a un paso moderado; subir escaleras. “Cádiz es una ciudad muy agradable y sencilla para poder ir andando a todas partes. Tenemos que abandonar las costumbres sedentarias de coger el ascensor, de buscarnos cualquier excusa para no ir andando a los sitios”. Y ese régimen de vida debería llevarse a cabo con los propios niños, que son los que están más cerca de verse afectados por la obesidad, que acaba derivando en la diabetes. “Demasiada tele, demasiado ordenador, móvil o tablet. Se necesita más tiempo de ocio en la calle, jugar a la cuerda, al fútbol, al elástico, con los patines. Como mínimo dos horas todos los días”.
La asociación lleva seis años en funcionamiento y se crea casi en paralelo a la creación del servicio de Rehabilitación Cardiaca del hospital Puerta del Mar, que ha sido un “antes y un después” para los enfermos cardiacos. Trébol de Corazones nace con el cometido de hacerle más fácil la vida al paciente a la hora de tener que cambiar de hábitos, de evitar que a otros les pase o intentar que no vuelva a repetirse. La asociación trabaja como voluntariado en el hospital, a través de una primera fase en rehabilitación cardiaca. Araceli Rodríguez asegura que “los profesionales de la salud saben mucho de la enfermedad, pero no la viven desde el otro lado. Y se pasa mucho miedo porque tu vida cambia y hay que reinventarse”. Está el factor emocional que “es lo que mejor trabajamos porque hablamos el mismo lenguaje. Se puede salir del agujero, cambiar y dotar de calidad a la vida al paciente”. Cuando una persona sufre una enfermedad cardiovascular “no se la espera ni se plantea un cambio en su vida. Cuesta mucho”.
En una segunda fase aparece la figura de Juani Delgado, quien se encarga a nivel hospitalario y ambulatorio del paciente. “Formarlo para aumentar su capacidad cardiaca, a través del ejercicio físico, qué herramientas tiene para poder gestionar la enfermedad, la nutrición, qué otras enfermedades van asociadas. Es formar al paciente de forma integral”.
En una tercera fase se trabaja la prevención. “Nos ha pasado, pero que no nos pase una segunda vez”. A partir de ahí se ponen en marcha talleres, se hacen actividades conjuntas como senderismo, se recibe información como paciente experto. Todo para cuidar de ese sufrido corazón que debe seguir latiendo.