Aunar lírica y flamenco para reinterpretar el cancionero navideño sigue siendo un arriesgado acierto capaz de emocionar y poner al público en pie como la noche del miércoles lo hicieron Estrella Morente y Ainhoa Arteta en el estreno del espectáculo ‘¡Qué suenen con alegría!’ en el Teatro Villamarta. Las dos diosas empastan sus privilegiadas y delicadas voces a la perfección con una conexión y una complicidad que traspasa las tablas del coliseo jerezano. No solo derrochaban voz en unas interpretaciones en las que prima el buen gusto, sino que la química y la naturalidad entre ellas aporta un extra en un espectáculo que no se pueden perder y se mantienen intactas durante las casi dos horas que dura el recital con el que van a recorrer casi una decena de teatros del país.
Ya lo hicieron en su momento Ismael Jordi, Jesús Méndez y Manuel Lombo, después el tenor jerezano continuó con David Lagos y David de María y con Mercedes Ruiz al baile. Ahora, la idea original de Paco López, tiene voces femeninas y, ¡qué voces!. Esta noche tendrán su segunda y última función en el Villamarta, donde han debutado con las entradas agotadas. No es para menos.
Su espectáculo va in crescendo al igual que la emoción y los aplausos del respetable, que terminan cantando un clásico que da nombre a este espectáculo ‘Qué suenen con alegría’ con una granadina, hija del maestro Enrique Morente, que dedicó su actuación a su “Estrellita”, su hija que le acompaña en esta gira con su padre, el diestro Javier Conde, y a la familia Moneo. Arteta, natural del País Vasco, en la víspera de las elecciones catalanas, aprovechó para declarar su amor al sur y a la riqueza de todo el conjunto del país. “Aquí todos somos españoles y a los del norte nos gusta el sur y a los del sur nos gusta el norte”, dijo ante los aplausos del público. Hubo tres cambios de vestuario, en el que también estuvieron compenetradas, y duetos de lujo como la ‘Bulería de los Reyes Magos’ pero la magia llegó con con ‘Noche de Paz’ y ‘Adeste Fideles’, con un final a capela impagable, como también lo fue la aparición estelar de la soprano, que reconoció haber practicado “palmitas” estas últimas semanas, para cantar ‘Noche de Paz’ vestida de rojo mientras que Estrella animaba a los presentes con los ‘Tangos del chavico’. La despedida, como no podía ser de otra manera, llegó por bulerías y con el teatro en pie.