“Un acuerdo pionero”. Hace diez días, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, sacaba pecho en el pleno del Ayuntamiento por el pacto alcanzado con los trabajadores municipales en materia de conciliación y permisos.
Una sesión que, sin embargo, había transcurrido entre turbulencias. Al otro lado de las ventanas, a las puerta del consistorio, la plantilla se concentraba, haciéndose notar mientras los concejales debatían. Dentro, con Espadas a unos metros, también hubo jaleo. “Alcalde, cumpla los acuerdos”, le gritaron miembros del Sindicato Andaluz de Bomberos (SAB), antes de ser desalojados.
Aquella irritación ha dejado un poso de malestar en la plantilla municipal, ya que si bien ésta reconoce que ese acuerdo conlleva mejoras importantes (como la bolsa de 35 horas anuales para acompañar a padres o hijos al médico del SAS, o por ejemplo la obtención de días para tratamientos de fertilidad), a la vez lamenta que aún reste tanto por avanzar y negociar.
“Lo que ahora se aprueba no es nuevo. Ya formaba parte del pacto de junio de 2016 entre gobierno municipal y sindicatos”, asegura a Viva Sevilla Manuel Loza (CCOO), presidente del Comité de Empresa del Ayuntamiento.
Los trabajadores vienen demandando a Espadas el cumplimiento íntegro de los 44 aspectos contenidos en ese pacto, donde se tratan aspectos como la contratación, bajas, o relación de puestos laborales (RPT). Un acuerdo que, año y medio después, “apenas se ha cumplido en un 30 por ciento”.
Fuentes del gobierno consultadas por este periódico aseguran que la voluntad es de “cumplimiento pleno del acuerdo” y que están trabajando para “completar en este 2018 todos los términos de un acuerdo sin precedentes”.
Monteseirín
De las grandes cuestiones pendientes destaca, por ejemplo, la renovación tanto del convenio colectivo del personal laboral del Ayuntamiento, vigente desde 2002/03, como del reglamento del funcionario, de 1997.
“En la época de Monteseirín no se avanzó. Luego, con Zoido, se empezó a negociar al final de su mandato, algo que seguimos haciendo al llegar Espadas. Pero pronto se paró”, concreta a este periódico Rafael Román, delegado sindical de CSIF.
Manuel Loza añade: “Durante el primer año de Espadas, con Ignacio Pérez Royo de responsable de Recursos Humanos, hubo avances. De hecho se firmaron esos 44 puntos con aspectos que antes no se habían logrado. Pero luego todo fue un desmadre. Ahora mismo no hay mesas de negociación”. Efectivamente, y según las citadas fuentes del gobierno, el Ayuntamiento admite que la revisión del convenio es una de las “medidas en las que se quiere intensificar el trabajo”.
Otra patata caliente es la de las vacantes por cubrir. Según el comité de empresa, unas 800 actualmente: entre 90 y 100 en el Ayuntamiento, 82 en parques y jardines, 26 en edificios municipales y mantenimiento, o unas 300 en administrativos y auxiliares.
“El problema de la falta de gente es evidente. Una de las grandes promesas electorales de Espadas fue la de que iba a remunicipalizar los servicios. Pero resulta que el miedo que tenemos ahora es que estemos en pleno proceso de privatizaciones encubiertas”, explica Manuel Loza, que insta al gobierno municipal a poner en marcha planes propios con los que poder ofertar plazas y esquivar así los rigores de la Ley Montoro, con la que Espadas justifica el freno en la contratación.
Los sindicatos también denuncian que no todas las bajas médicas se cubren. “Hay casos en los que, cuando se va a cubrir una plaza, ya se ha incorporado el trabajador”, denuncia Loza. Rafael Román, de CSIF, añade que “se está generando ahorro a base de ello. En limpieza y portería, por ejemplo, hay un 8 por ciento de bajas sin cubrir”.
La mala fama por los horarios y los “cartones del 82”
Hay una cuestión que incomoda sobremanera a los sindicatos. Se trata del control horario, tratado en el último pleno desde la necesidad de avanzar en la implantación de un registro en accesos y salidas en los centros.
A los sindicatos les incomoda que se hable de ello porque reniegan de su fama de falta de profesionalidad y de disciplina horaria. “Por supuesto que el Ayuntamiento debe controlar los horarios. Es su deber, y nosotros estamos de acuerdo. Porque, entre otras razones, es la única manera de luego poder acogerse correctamente a los permisos que hemos acordado”.
En esa posición hacen frente común todos los sindicatos, que relacionan esa intención con otro grave problema por resolver: la necesidad de modernizar y digitalizar los recursos humanos.
“A mí su director me ha llegado a decir que él no tiene identificados a todos los trabajadores municipales. Eso no puede ser. Como tampoco puede ser que las RPT (relaciones de puestos de trabajo) estén obsoletas, sin que la mayoría se corresponda con la realidad actual de cada servicio. Las funciones de cada empleado no están definidas. Y eso es básico para gestionar una plantilla”, critica Rafael Román, delegado de CSIF.
El mismo delegado sindical también rechaza que la ficha de cada empleado siga recogiéndose en “cartones del año 1982” y no se haya digitalizado. Se trata del lugar en el que se reflejan todos los puntos o aspectos significativos de cada vida laboral, como cada concurso o proceso de promoción interna”.
En las últimas semanas, el PP ha cifrado en 3,1 millones la partida necesaria para un plan de innovación y digitalización del Ayuntamiento.