La Guardia Civil de Cádiz se incautó en 2017 de casi 55.000 plantas de marihuana y más de 500 kilos de este estupefaciente que ya se encontraba listo para ser comercializado, según ha informado en un comunicado.
"Se ha ido extendiendo debido a la alta rentabilidad que proporciona, la baja inversión económica que representa y lo liviano de las penas a que se enfrentan quienes son detenidos por estos delitos".Así, en la comarca de la Costa Noroeste fue aprehendido más del 50 por ciento del total de la marihuana incautada en la demarcación de la Comandancia de Cádiz y a los delitos de tráfico de drogas se le unen los de defraudación de fluido eléctrico y de tenencia ilícita de armas, como los más comunes entre quienes se dedican a esta actividad ilícita.
La Guardia Civil ha considerado que durante los últimos años el cultivo de marihuana "se ha ido extendiendo debido a la alta rentabilidad que proporciona, la baja inversión económica que representa y lo liviano de las penas a que se enfrentan quienes son detenidos por estos delitos".
Por volumen, la actuación más destacable de las desarrolladas es la realizada en la pedanía jandeña de Libreros, donde se intervinieron más de 8.000 plantas de considerable tamaño, gran cantidad de kilogramos de esta droga secados y listos para su comercialización y dos vehículos utilizados por la red, y se detuvieron a los nueve presuntos integrantes de este grupo organizado.
Pero la Benemérita ha destacado de la demarcación de esta Comandancia la actuación "sobresaliente" en la comarca de la Costa Noroeste, donde se han incautado de casi 38.000 plantas, 222 kilos de esta sustancia lista para ser distribuida y sólo en los últimos cuatro meses se han detenido a 77 personas por estos delitos, además de realizar 65 registros domiciliarios.
Esta actividad, según ha subrayado, "está creando verdaderos grupos criminales que se lucran gracias al gran número de cultivos que tienen extendidos por toda la zona, dándose el caso de que incluso se desplazan a otros puntos de la provincia donde creen verse más impunes para establecer sus cultivos".
La Guardia Civil ha constatado que una parte de las infraestructuras las dedican a la cría de esquejes de marihuana, esta actividad les garantiza tener siempre plantones de reposición y a la vez vender plantones a todos aquellos que se quieran iniciar en el negocio.
Hay organizaciones delictivas que ofrecen el montaje de todo el sistema necesario para establecer un cultivo a personas que tengan inmuebles disponibles, siempre que éstas les entreguen la recolección a un precio marcado de antemano, de esta forma se evitan la competencia y establecen los precios.
Estos grupos trabajan como "verdaderas cooperativas" donde se garantizan siempre ser los destinatarios de todas las recolecciones para su venta al exterior y ofrecen incluso seguridad para las personas que montan este tipo de cultivo, montan entre ellos la vigilancia y alerta de personas que pudieran ser identificados como de las Fuerzas de Seguridad y difunden los vehículos y sus matrículas a través de grupos creados en aplicaciones de mensajería instantánea.
Además, estos cultivos suelen ir provistos de un amplio sistema de iluminación, extracción y depuración de aire, ventilación y riego. Todo este sistema suele ir conectado a la red eléctrica sin pasar por el contador especifico, utilizando lo que se suele llamar una doble acometida y originando un gran consumo eléctrico, el cual produce una defraudación eléctrica.
Este ahorro en energía eléctrica les aporta mayores beneficios en el cultivo y esta defraudación podría llegar a ser millonaria por el volumen de consumo estimado que tiene un cultivo y por su permanencia en el tiempo, puesto que estos cultivos están preparados para estar constantemente funcionando, dando una recolección cada tres meses.