En los incidentes también resultó herido leve una agente de la Ertzaintza, según informó un portavoz de este cuerpo.
Los altercados comenzaron pasada la una del mediodía en la zona de Zabalburu, después de que los convocantes de la manifestación prohibida, que previamente la habían desconvocado, leyeran un comunicado denunciando la intensificación de los “ataques” contra la libertad de expresión registradas en las últimas semanas.
A continuación, varios cientos de personas que se congregaron en la zona, comenzaron a discurrir por la Alameda de San Mamés coreando consignas como ‘Adierazpen askatasuna’ (libertad de expresión), ‘presoak kalera amnistía osoa’ (presos a la calle amnistía general), ‘jotake irabazi arte’ (Insiste hasta ganar) o ‘independentzia’.
Algunos cruzaron contenedores por las calles adyacentes a medida que se acercaban hacia la Gran Vía bilbaína.
La Ertzaintza les cortó el paso y ha procedido a su dispersión con diversas cargas.
Según confirmaron fuentes del departamento de Interior, a las 14:20 la normalidad “parecía” que volvieron a las calles de la capital vizcaína.
Durante los altercados, un helicóptero de la Ertzaintza estuvo sobrevolando la zona. El movimiento Pro Amnistía convocó en Bilbao, un acto en favor de los “refugiados políticos”.
Por su parte, el delegado del Gobierno en el País Vasco, Mikel Cabieces, afirmó ayer que quien decide sobre la prohibición de una manifestación no está politizando las fiestas, sino que las politizan “quienes siempre” lo hicieron, e insistió en que es “incomprensible que los asesinos aparezcan homenajeados” en actos o fotos.
Cabieces realizó estas declaraciones en una entrevista en Radio Euskadi recogida por Efe, donde también opinó que con la política de “tolerancia cero” puesta en marcha por el Gobierno vasco en relación con la simbología proetarra se “está caminando hacia una situación de normalidad”.
Recordó que los tribunales también reiteraron esas prohibiciones porque “tienen el objetivo de enaltecer a los terroristas y realizarlo por entidades que están ilegalizadas”.
Cabieces indicó que en el pasado se ha vivido “en una cierta anormalidad” y aseguró que son los dirigentes políticos y sociales los que tienen “que empujar” y “trabajar en la pedagogía” para acabar con esos espacios de impunidad.
Puso como ejemplo el hecho de que muchos de los carteles de apoyo a los presos de ETA se colocan en espacios privados en los pueblos y, en concreto, en las fachadas de entidades bancarias.
Dijo que sería “razonable” que a esas entidades se les pidiera que cada cierto tiempo los quitaran, aunque matizó que eso es algo que tendría que “salir de ellos”, lo que constató se produce en “muchos” casos.
Preguntado si es el momento de que la Ertzaintza pueda actuar en Francia, Cabieces opinó que es lógico que este cuerpo lo quiera.
