El día del sorteo de Navidad se conoce como día de la salud, porque los no agraciados se consuelan con tenerla ya que no les ha caído ningún premio. A los jerezanos nos está pasando lo mismo, llevamos adelante las cifras de desempleo celebrando la salud.
Cuando se habla de un nuevo periodo de recesión para este mismo 2018 y para 2019, en Jerez, aun no habíamos percibido el crecimiento. La horquilla de desempleo viene a ser de cerca de veintinueve mil personas, colocándonos como cuarta ciudad de España con más paro. Paro que marca una diferencia entre géneros de siete mil mujeres más que hombres. Más del setenta por ciento de los jerezanos trabajan en el sector servicios, mientras son minoritarias la agricultura, la construcción y la industria. La baja calidad de este empleo se acusa en su temporalidad, se sale de la lista de parados a veces sólo para unos días. Esto da una falsa impresión, un mes de ligera subida se alterna con otro de bajada.
Aún tengo en mente el decálogo para crear empleo de Mamen Sánchez si se convertía en alcaldesa. La hemeroteca como guardiana de las palabras está ahí para recordarnos como resolvería ella el problema si fuera la alcaldesa que lleva varios años siendo: infraestructuras, aprovechar el turismo y el comercio, potenciar las nuevas tecnologías, incentivar a las industrias para que se instalen en Jerez, formar a los desempleados e internacionalizar la industria agroalimentaria.
Lo del fomento de la industria agroalimentaria suena ya a “barco del arroz”, por Dios, cuanta gente ha confiado el futuro de Jerez a este desarrollo que no acaba de producirse nunca. María José Pelayo también lo proponía como novedad. La realidad ha reducido el decálogo: a las ayudas que recibe para formar a desempleados y arreglar calles y al precario y temporal empleo en el turismo que se reparte en el sector con mucho empleo en negro. No sé si el grupo de los agraciados por esta pedrea se siente menos sano que el que se encuentra desesperado en casa, no tengo datos. Como tampoco de los más de treinta y dos mil emigrantes que han abandonado la provincia para probar suerte fuera. No los encuentro representados en “Andaluces por el mundo” porque como todos saben ahí sólo aparecen los que han “triunfado”.
Creo que parte de la salud del parado jerezano hay que agradecerla no al ángel que nos guarda sino al trabajo en negro, a los comedores sociales y a los bancos de alimentos, son por desgracia, los que más han prosperado en Jerez desde que empezó la crisis y lo único seguro con lo que contar.