Francisco Javier Márquez (Jaén, 1971), afronta su primera reválida como candidato del PP a la Alcaldía de Jaén, adonde llegó en noviembre de 2015, tras la marcha de Fernández de Moya.
Se presenta con el aval de tres años y medio de alcalde. ¿En qué ha mejorado el Ayuntamiento y la ciudad?
–El primer año fue el más complicado, pero la ciudad ha ido mejorando y también sacando a la luz sus recursos para celebrar eventos de ámbito nacional o internacional. Y el Ayuntamiento ha mejorado, sobre todo, en lo económico, con una mayor racionalización del gasto. Estuvimos más cerca de que vinieran los hombres de negó a intervenirnos, pero ahora el Ayuntamiento ha pasado de la UCI a estar en planta.
Pero presumir de haber dejado de ser un mero paganóminas parece poca cosa, ¿no?
–No es un aval suficiente, pero sí que son los pasos previos para que la ciudad avance. Yo creo que se está produciendo una transformación en la ciudad, dejando atrás la micropolítica y actuando en muchas calles y arterias importantes. En cuanto a limpieza es cierto que desde 2007 salimos en los informes como una de las ciudades más sucias, pero en el último año, tras el nuevo contrato, se han incorporado más recursos y maquinaria y creo que la situación está mejorando..
Usted es el artífice del último PGOU que ahora se ha anulado. ¿Frustración?
–Sí, un poco de frustración, sobre todo por el retraso que eso va a suponer en el desarrollo urbanístico. Y es que en Jaén nos tiramos años y años debatiendo sobre los proyectos y luego no se hacen. Es una ciudad a la que falta iniciativas, tenemos ese defecto. Ahora tenemos dos alternativas, pero la más factible es trabajar a partir de modificaciones puntuales del plan de 1996 que sería la vía más rápida. El riesgo de iniciar un expediente nuevo, aparte del mayor retraso, es que Jaén vuelva al albur de los especuladores con la recalificación de nuevas zonas.
El plan de peatonalización es muy cuestionado.
-La peatonalización no tiene marcha atrás. Dar pasos hacia atrás no hace avanzar la ciudad. Algunos partidos tendrán que decir que revertir el plan supone abrir la Carrera. En Jaén, los partidos políticos no han tenido un proyecto de ciudad porque entendían que eso era la suma de los intereses de los colectivos privados. La peatonalización es un modelo que estamos dibujando y que se complementará con el tranvía, que funcionará, sí o sí, en menos de un año.
¿Se va a municipalizar algún servicio?
–No vamos a municipalizar ningún servicio porque el Ayuntamiento no tiene recursos para ello. Otra cosa es poder rescindir una concesión si no cumple con un mínimo de los estándares de calidad en los servicios..
¿Cómo explica el retroceso demográfico?
–A Jaén no la han dejado crecer como capital y se la ninguneado por todas las Administraciones, sálvese quien pueda. Y siempre se nos ha negado esa condición de capitalidad, de una forma un poco mezquina, Creo que eso ya se va a acabar con la nueva Junta, donde nos consultan todas las decisiones y, al menos, hay respeto. .
¿Podrá estar de alcalde y de senador? –Jaén necesita el trabajo diario, pero yo creo que aporta más beneficios estar en el Senado y tener la posibilidad de negociar cosas. Yo voy a hacer que se oiga la voz de Jaén.
La división de la derecha
–Sí, tenemos que entonar el mea culpa y hacer autocrítica porque la división se la estamos dando hecha a los electores. Pero mi obligación es defender mi proyecto como el mejor. La gente demanda perfiles para llegar a acuerdos.
PERFIL DEL CANDIDATO:
Javier Márquez reconocía en una rueda de prensa que se enteró de su inclusión en la lista del Senado por la llamada de un periodista. Él estaba en uno de sus frecuentes viajes por Europa casi ajeno a lo que su partido, el PP, había resuelto. Admitía así, de modo implícito, que era un partido en el que él no jugaba, o al menos eso creía. Este dato que Márquez contó a modo de anécdota ilustra mejor que cualquier otro cómo es este personaje, sin duda un rara avis en la política. El candidato popular, abogado de profesión y que había trabajado en los servicios jurídicos del PP, llegó al Ayuntamiento hace dos mandatos y fue el artífice del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que ahora ha sido anulado. Al igual que no jugó a ser senador, Márquez tampoco aspiró nunca a pilotar la poltrona municipal, pero la marcha a Madrid del que entonces era su amigo confeso,José Enrique Fernández de Moya, lo situó al frente de un Ayuntamiento arruinado y que estuvo a punto de echar la llave en el verano de 2016. La situación agónica del Consistorio hizo que Márquez estuviera a punto de tirar la toalla alguna vez. No lo hizo y sacó pecho de su compromiso con Jaén, pero sí aguantó fue sobre todo, por su habilidad para garantizarse la estabilidad municipal aliándose con los concejales que salieron de Cs. Desde entonces, le ha perseguido la sombra del transfuguismo político, como le recuerda la oposición. Y, encima, esa mayoría ficticia que logró hilvanar en el Pleno tampoco ha tenido más efectos que el de convertir al Consistorio en un mero paganóminas. Javier Márquez, o Cuqui, como se le conoce, tuvo también la habilidad de apostar, y ganar, por Pablo Casado como líder del PP. Esa apuesta, en contra de la tesis del PP de Jaén, lo reforzó como hombre fuerte de los populares en Jaén, aunque su falta de madera política le ha impedido visualizar ese poder en la sombra. Tanto es así que deambula como una especie de llanero solitario en el PP, cuya cúpula provincial teledirigida por su examigo confeso Fernández de Moya mantiene un boicot absoluto a su candidato de la capital. De los resultados del 26-M dependerá si Cuqui aguanta esta presión o si , esta vez sí, tira la toalla. Si así fuera, sería más un alivio que un fracaso.