El director del Teatro de la Zarzuela, Daniel Bianco, ha señalado que el número total de quejas por 'Doña Francisquita', que sufrió interrupciones en la puesta en escena en varias de sus representaciones desde que se estrenó a mediados de mayo, ascendió a 65 y "ha sido más lo que se ha contado que lo que ha ocurrido".
"Por 'Doña Francisquita' han pasado 17.000 personas y en el libro de reclamaciones no se llega a 65 quejas, un tanto por ciento ínfimo. Lo siento mucho por aquella gente a la que no le ha gustado, pero también hay otra que sí y uno tiene que intentar abrir los ojos y vivir en el mundo que vivimos", ha explicado en una entrevista con Europa Press el director del teatro.
El montaje de 'Doña Francisquita', de Amadeo Vives y con dirección de escena de LLuís Pasqual, dividió al público durante el tiempo que estuvo en cartel, mostrándose muy efusivo tanto en los aplausos como en las críticas a esta comedia.
De hecho, en un vídeo hecho público por Europa Press, varias voces del público pedían ver "la obra original", lanzando gritos de "fuera" y piden "música". Las interrupciones constantes en el desarrollo de la obra en este momento impedían escuchar a Gonzalo de Castro, narrador.
Para Bianco, los abucheos escuchados esta temporada en algunas funciones de la versión no están justificados. "Hay que recordar que es un hecho artístico, no puede gustar a todo el mundo, pero el punto de partida tiene que ser el respeto", ha lamentado.
Preguntado sobre las críticas que reciben algunas de estas versiones contemporáneas, ha insistido en que su "obligación" como director de un teatro público es "la de pensar en todos". "Tiene que haber un panorama muy abierto y, de la misma manera que hemos tenido zarzuelas para un determinado público, también hay que tenerlas para otro, porque nuestra obligación es la de buscar nuevos caminos", ha afirmado.
RENOVACIÓN DE CONTRATO
Bianco, que termina su contrato al frente de esta institución al finalizar la próxima temporada --en noviembre del año 2020--, espera renovar en el cargo y conocer "pronto" la decisión del INAEM, para cerrar la planificación de los siguientes años.
"Mi intención es renovar, pero dependo de lo que digan mis jefes. Espero saberlo pronto por el curso del teatro, porque para programar aquí hay que hacerlo con dos o tres años de anticipación", ha señalado el escenógrafo, quien al finalizar su contrato en 2020 cumplirá cinco años en el cargo.
La duración máxima como director del Teatro de la Zarzuela son ocho años, por lo que en caso de renovar, Bianco permanecería en el cargo hasta noviembre del año 2023. "Quiero saberlo por mi vida pero también porque la programación se hace con dos o tres años de anticipación", ha afirmado.
En cualquier caso, ha recordado que no es "el pensamiento que más ocupa ahora", insistiendo en que no llegó al Teatro de la Zarzuela para "hacer carrera". "Yo ya he llegado con una carrera consolidada como gestor, director técnico y escenógrafo: lo que ahora me preocupa más es que tenga una continuidad el teatro y que siga vivo, sano y cada vez haciéndose más cosas", ha apuntado.
LA FUSIÓN CON TEATRO REAL, DESCARTADA
Precisamente, en ese futuro del Teatro, Bianco da por cerrada la posibilidad de una fusión con el Teatro Real, que se planteó con el por entonces ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, y que paralizó el actual ministro, José Guirao. "Nunca más he sabido nada de eso ni han habido señales de humo e incluso la directora general del INAEM (Amaya de Miguel) ya lo ha dado por cerrado", ha indicado.
No obstante, ha reconocido que el Teatro de la Zarzuela sigue siendo "deficitario", si bien matizando que "eso en el caso de que se hable con términos económicos como si fuera un centro comercial". "La cultura no solo se mide en cifras y más en un teatro público, donde no se puede decir que el resultado sean los números", ha alertado.
El director del Teatro ha recordado su compromiso a "abrir las puertas y ventanas para que entrase aire nuevo" en la zarzuela, que adquirió a su llegada en 2015. En ese sentido, entiende que la nueva temporada supone "una continuación de ese proyecto", con el que seguirá apostando por novedades como la puesta en escena de una ópera en euskera con Ainhoa Arteta o el estreno en el Teatro de la primera zarzuela cubana, 'Cecilia Valdés'.