El tiempo en: Almería
Sábado 16/11/2024
 

San Fernando

Éxito de público y artístico en la Plaza isleña en la clase práctica

Lleno absoluto en una jornada en la que brillaron los alumnos de la escuela del maestro Antonio Pérez.

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
  • Buen ambiente. -

La plaza de toros de San Fernando, con lleno en sus tendidos, acogió este martes Día del Carmen una clase práctica organizada por la Asociación Cultural Taurina Rafael Ortega. Fue todo un éxito de público, además de lo artístico por los alumnos actuantes principalmente los locales.

Con un ganado que colaboró, bravo y repetidor, se lidiaron tres erales y dos añojos de El Rodeo, bien presentados, que fueron aplaudidos en su arrastre, excepto segundo más complicado.

Alejandro Cano de La Línea, novillero avezado, estuvo suelto y fácil en la cara del novillo con una labor pulcra que no tuvo buena espada siendo ovacionado.

Miguel Ángel Ruiz Bullón de Ronda, se le notó la clase en su capote y muleta ante el novillo manso y complicado de la tarde, sufriendo varios revolcones que en absoluto mermaron sus ganas y buenas maneras. Saludó desde el tercio por el fallo en el acero.

Javier Peregrino se estiró bien a la verónica. En la muleta el eral fue repetidor con dificultades, para manos más expertas, que el alumno solventó con valor seco en series con la derecha de transmisión en el platillo de la plaza. Resolvió con la espada y se le otorgaron las dos orejas.

Carlos Muñoz Boni refrendaría sus éxitos anteriores con un concepto claro de su toreo: quieta la planta, figura erguida y mano baja. Así se llevó al tendido de calle en series artísticas por ambas manos en la cara del toro, sevillanos desplantes y variado. Tiene el torero y tiene la gracia, pero le falló la espada necesitando de varios descabellos y aún así una justa oreja.

Álvaro Domínguez Losa Cumbreño, quien venía de triunfar en Prado del Rey, no se quedaría atrás de sus compañeros de escuela y desde el principio dejó claro que también quiere ser torero. De concepto distinto, pero de igual pureza y estética, la grada fue un clamor de principio a fin con faena también variada en suertes. Pena, a pesar de la estocada, tardaría con el descabello pero nadie se movió de la grada hasta pedirle la oreja con fuerza y concedérsele.

La Escuela que dirige el maestro Antonio Pérez Marín tiene futuro, lástima que el sin sentido de un Gobierno Municipal quiera privar de los sueños a unos jóvenes artistas a lo que nadie tiene derecho.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN