Un ataque con un dron estadounidense mató el pasado marzo a tres agricultores somalíes sin ningún vínculo con el grupo yihadista Al Shabab, según reveló hoy una investigación de Amnistía Internacional (AI), que denuncia que EEUU, a pesar de ser informado de estos hechos, no ha contactado con las familias.
Los hechos sucedieron el pasado 18 de marzo, a media tarde, cuando un ataque aéreo estadounidense impactó en un todoterreno cerca de la localidad de Abdow Dibile, en el sur del país. Murieron las tres personas que viajaban en el interior.
El mando militar estadounidense para África (Africom) informó entonces en un comunicado de que las víctimas eran "tres terroristas", sin dar ninguna prueba de ello.
Sin embargo, según alega ahora AI, se trata de tres agricultores que volvían de sus tierras de cultivo a casa en la capital, Mogadiscio.
El impacto mató en el instante al conductor de 46 años, cuyo cuerpo estaba "completamente destrozado", según un amigo del mismo que fue a identificarlo, y a uno de los pasajeros, de 30 años.
El tercer hombre murió por un fallo cardíaco en el hospital debido a las graves quemaduras en la mitad de su cuerpo tres semanas después.
En mayo, un periodista de "Foreign Policy" dio a Africom pruebas de que uno de los pasajeros era civil, pero hasta la fecha, la fuerza estadounidense aún no ha contactado a la familia, ni ha puesto los medios para que se ponga en contacto con el mando militar estadounidense.
"Ya es bastante malo que Africom parezca que no sepa que sus ataques aéreos están matando y mutilando en su guerra secreta en Somalia, pero es reprobable que no ofrezca ninguna posibilidad a los afectados para que le contacten", consideró el investigador para Somalia, Abdullahi Hassan.
Amnistía dio más pruebas a la misión estadounidense de que los tres hombres eran civiles en agosto, pero ésta sigue manteniendo su versión de que eran terroristas, según alega la organización de derechos humanos.
Hasta la fecha, AI ha documentado seis casos en los que los ataques aéreos remotos de EEUU han acabado con la vida de 17 civiles, a pesar de que Africom asegura que sus operaciones en suelo somalí "no tienen víctimas civiles".
Los ataques estadounidenses en suelo somalí se incrementaron a partir del 30 de marzo de 2017, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que declaraba el sur del país "área de hostilidades activas", según AI.
Desde entonces, las fuerzas militares estadounidenses efectuaron 34 ataques en los últimos 9 meses de 2017, una cifra más alta que los realizados durante el segundo mandato del antecesor de Trump en la Casa Blanca, Barack Obama (2013-2017).
En 2018, esa cifra volvió a subir, y sumaron 47 los ataques con drones (aviones no tripulados), mientras que solo en los dos primeros meses de 2019 los estadounidenses llevaron a cabo 24 ataques de ese tipo.
Estas cifras sobrepasan los bombardeos estadounidenses en otros países como Libia o Yemen.
Al Shabab, que se unió en 2012 a la red internacional de Al Qaeda, controla parte del territorio en el centro y el sur de Somalia.
Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin un gobierno efectivo y en manos de milicias radicales islámicas, señores de la guerra y bandas de delincuentes armados.