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Notas de un lector

El brocal del alma

La reciente publicación de “Mujer en vela” devuelve el decir sereno de la autora cántabra Angelina Lamelas

Publicado: 14/10/2019 ·
11:29
· Actualizado: 14/10/2019 · 11:29
Autor

Jorge de Arco

Escritor, profesor universitario y crítico. Académico de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras

Notas de un lector

En el espacio 'Notas de un lector', Jorge de Arco hace reseñas sobre novedades poéticas y narrativas

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Narradora, periodista y poeta, Angelina Lamelas lleva cosida a su alma la magia de las palabras. Lo supo desde su infancia, desde que correteaba por las calles de su Santander natal y desde que el mar le silbaba una canción secreta que tan sólo ella sabía descifrar.

    Es su amplia obra destacan sus libros de relatos, sus incursiones en el ámbito de la literatura infantil y juvenil y los tres poemarios editados hasta la fecha: “Recital de lluvia” (1992), “El arco del violín” (200) y “El cuarto de jugar” (2007).

Memoro, ahora, algunas de aquellas notas líricas que salieron de su violín y que relataban con nostalgia la ciudad que sostuvo su feliz ayer (“Y danzabas, Santander, danzabas/ en grises y verdes envuelta,/ y yo empezaba la vida poco a poco”), las remembranzas maternas (“Madre,/ si el cielo es eterna plenitud/ voy a pedir un cielo más cercano”) o la voz de Dios: (“Enciende los recuerdos,/ enciéndelos despacio como hogueras/ que alumbren mi existencia crepitando,/ que yo advierta el milagro de tu luz”).

     La reciente publicación de “Mujer en vela” (Ediciones de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles. Colección  Mirador. Madrid, 2019) devuelve el decir sereno de la autora cántabra. Y por entre estas páginas vuelve a  asomarse la edad pretérita. Y lo hace, incluso, con mayor fuerza, porque de su encantamiento, de su hechizo, se nutre aún el yo poético: “Un día tras otro/ me disfracé de niña/ para engañar al tiempo (…) He sido muy feliz/ al verme reflejada/ en la emoción de sus descubrimientos./ Quise enseñar/ y conseguí aprender/ que en la hermosa batalla/ de hacer de un niño/ y un ser humano pleno,/ todo lo que se da/ se nos queda muy dentro”.

     Dividido en siete apartados, “La vida en el tiempo”, “Mereció la pena”, “Cabalga la esperanza”, “Palabras recobradas”, “Nunca es tarde”, “De Navidad a la pasión” y “Plegaria”, el volumen desviste aquello que la vida quiere entregarnos, pero que después también sabe quitarnos.Porque en estos poemas que no son sino un ejercicio dememoria en movimiento, Angelina Lamelas se alimenta de un espacio y un tiempo comunes a su entorno y en donde los paisajes y los caminos hollados cobran acentuado protagonismo mediante un verso de aliento maduro e íntima conciencia creadora: “ Me persiguen los versos,/ fustigan mi memoria, por si fuera posible/ encontrarlos de nuevo,/ traerlos otra vez hasta el brocal del alma”.

    Dice Emilio Porta en su epílogo que “Mujer en vela” es un libro capaz de “acompañarnos en la reflexión”. Y, sin duda que lo hace, pues el verbo de la poetisa santanderina se torna cómplice ytodo cuanto comprenden sus anhelos y sus quimeras, cobija al lector bajo el manto de los sentidos. Y de los sentimientos: “Tan sólo te dejaste/ tres o cuatro silencios/ de pétalos caídos,/ trinos que fueron seda/ antes de hacerse canto/ y el terciopelo abrazo/ de tu piel y la mía”.

     Al cabo, un poemario desierto de retórica y en cuya vivificadorahonestidad late con fuerza “el pasado que pudo caberte entre las manos”.

 

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