La Universidad de Sevilla ya tiene un primer borrador de resolución rectoral donde se recogen las normas de uso para los turistas que diariamente pasan por la Fábrica de Tabacos, uno de los principales monumentos de la ciudad. El borrador está abierto a sugerencias de las partes afectadas, caso de las dos facultades que tienen allí su sede: Filología y Geografía e Historia. No es, por tanto, un documento cerrado, aclaran fuentes oficiales de la Universidad de Sevilla.
Los turistas, una vez que se apruebe este texto, deben saber que no podrán entrar en el edificio ni con bicis ni con ningún tipo de vehículo eléctrico, caso de los patinetes. Además, en el caso de los grupos deberán “ceñirse obligatoriamente” a un itinerario establecido que le será comunicado una vez le sea autorizada la visita guiada. "Los visitantes y turistas que accedan a los edificios universitarios de forma individual deberán ceñirse al itinerario marcado y expuesto en lugares visibles", recoge el texto del borrador.
De los recorridos quedan excluidos, en todos los casos, despachos, seminarios, laboratorios, bibliotecas y, sobre todo, aulas, extremo éste que fue una de las líneas rojas del sindicato CCOO en el momento de hacer pública su queja por el estado de “invasión” del turismo en un recinto cuya actividad es eminentemente académica.
En la resolución se apostilla, no obstante, que "las necesidades docentes u organizativas de la Universidad de Sevilla podrán limitar temporalmente alguno de los lugares contemplados en ese itinerario o suprimir las visitas durante determinados periodos, tales como exámenes". La decisión, en este caso, está en manos de la Universidad.
En el supuesto de que las visitas sean de grupos, estos deberán contar con una autorización previa que deberá ser solicitada por un guía turístico autorizado al Vicerrectorado de Relaciones Institucionales. En dicha petición tiene que especificarse "el número de personas que forman el grupo y días y horas preferentes para realizar la visita". Las autorizaciones “podrán ser revocadas si, con posterioridad a la concesión, la Universidad necesitara el uso de las dependencias en los días y horas solicitados”.
El borrador de resolución que se ha sometido a aportaciones recoge que "la Universidad establecerá el número máximo de personas por grupo y de grupos que pueden realizar simultáneamente la visita. Las autorizaciones concedidas estarán condicionadas, en todo caso, a la no superación del aforo máximo permitido de cada una de las dependencias a visitar". No se especifica ese aforo máximo en el borrador.
¿Quién vigilará del cumplimiento de estas normas? Pues el personal de seguridad y el propio personal de la Universidad de Sevilla. “El reiterado acceso no autorizado o el incumplimiento de las instrucciones podrá conllevar la denegación de futuras solicitudes a los guías de turismo”, puntualiza el borrador de resolución.
En el texto, la Universidad de Sevilla renueva su compromiso de abrir las puertas para que “la sociedad tenga la oportunidad de acercarse a sus instalaciones y vivir un día universitario en el que podrán contemplar su valioso Patrimonio Histórico-Artístico acumulado a lo largo de su amplia historia”. Pero siendo ese el compromiso, también lo tiene con una “respetuosa convivencia” entre el turismo y “su normal desarrollo como espacio académico”.
En este sentido, “la Universidad de Sevilla pretende regular en esta resolución rectoral las visitas turísticas que recibe tanto individuales como de grupos acompañados con guía turístico, acotándolas a zonas y horarios que no disturben el normal desarrollo de la actividad académica en todo su espectro, evitando la simultaneidad de varios grupos en los mismos sitios y hora y regulando la utilización de determinados elementos por las molestias o peligros que pudieran ocasionar”.