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Mujer pone en marcha el taller 'Game' en los centros educativos

Esta iniciativa va dirigida al alumnado de cuarto de Primaria y su objetivo es dar a conocer buenas prácticas de videojuegos inclusivos.

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  • Nuevo taller. -

La Delegación Municipal de Mujer ha puesto en marcha el taller ‘Game’, dirigido a alumnos de cuarto de Primaria, que se está desarrollando en los centros CEIP La Barrosa, Atlántida, Alameda, El Castillo y colegio San Agustín. “El objetivo de esta iniciativa es dar a conocer buenas prácticas de videojuegos inclusivos y por ello, mediante el taller, se visibiliza a mujeres jugadoras y profesionales en el sector”, ha explicado la delegada municipal de Mujer, Susana Rivas, que también ha destacado que “con este taller se fomenta en las chicas el estudio de carreras tecnológicas en edades tempranas y se detectan conductas sexistas, violentas y adictivas, además de ofrecer alternativas comportamentales con herramientas de inteligencia emocional y psicología positiva. También se pretende generar una actitud crítica ante los videojuegos y hacia lo que se consume y cómo se consume, de manera que se genere autocontrol y hábitos saludables y también se desarrolla el juego creativo más allá de la pantalla”.

Y es que el efecto de los videojuegos está en continua investigación. Casi todos los estudios coinciden en que jugar videojuegos a cambia el funcionamiento y la estructura del cerebro. En muchas ocasiones los videojuegos, pese a la mala fama que pueden tener en la comunidad educativa, mejoran la atención, la concentración y las habilidades visoespaciales; pero también pueden crear adicción. Un uso excesivo y sin filtro ninguno puede crear alteraciones funcionales y estructurales en el sistema de recompensas neuronales, que son las estructuras asociadas al placer, al aprendizaje y a la motivación; también pueden reforzar y perpetuar estereotipos sexistas que influyen en nuestro imaginario y en nuestra manera de relacionarnos.

Los videojuegos son un espejo de lo que ocurre en los ámbitos de la sociedad, por lo tanto también transmiten mensajes sexistas que, en muchas ocasiones, son muy evidentes y otras veces pasan inadvertidos. Los videojuegos no son peores que otros recursos de ocio como puede ser el cine, los cuentos, las series o los juguetes, pero hay que prestarles mucha atención porque se han convertido en un fenómeno absolutamente masivo, es una industria que genera millones cada año.

Los personajes femeninos suelen estar hipersexualizados, a veces tienen menos importancia en el juego, siendo personajes secundarios o incluso los encontramos en situaciones de mayor vulnerabilidad. Son menos numerosas y a veces incluso encontramos segregación laboral en las funciones que desempeñan. Los personajes masculinos mayoritariamente presentan los roles patriarcales esperados y suelen sostener el peso de la trama. Parece que aún cuesta avanzar hacia la igualdad de género en las historias y el desarrollo de personajes.

Las jugadoras no terminan de verse integradas, ni bien representadas en esta comunidad, en muchas ocasiones se minusvaloran o subestiman sus capacidades. El primer evento exclusivo para mujeres que se realizó en la industria del videojuego en España recibió fuertes ataques machistas a través de las redes. Muchas jugadoras acaban rechazando las situaciones de violencia o excluyentes a las que se tienen que enfrentar, otro motivo es que participar en ligas profesionales supone un plus de tiempo que muchas mujeres no se pueden permitir, también el escaso fomento de las mujeres por la tecnología puede ser otro motivo de discriminación o por el que muchas chicas jueguen ocultas detrás de un pseudónimo masculino.

Además, las mujeres siguen siendo una minoría dentro de la industria en la que sólo representa un 20 por ciento de los puestos de trabajo, perteneciendo en la mayoría de los casos a departamentos de marketing y comunicación, pero las hay muy talentosas y que vienen pisando fuerte. Por ello, “la educación en igualdad es un principio ético imprescindible para enriquecer el desarrollo personal y social de los chicos y chicas, siendo algo fundamental para lograr una educación en autoestima, respeto, diversidad y felicidad. Coeducar es un motor de transmisión de valores, actitudes, formas de ser y de estar en el mundo sin sesgos de género que tienden a limitar los talentos y las propias expectativas”, ha explicado la delegada de la Mujer.

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