El fin de la obligatoriedad de la cita previa trajo este lunes consigo el colapso casi total del Registro Civil, situado en el edificio de los juzgados de la avenida Tomás García-Figueras.
Varios cientos de personas rodearon estas vetustas instalaciones, hasta el punto de que en algunos momentos fue necesaria la intervención de la Guardia Civil, sobre todo para tratar de garantizar el mantenimiento de las distancias de seguridad y atajar conatos de enfrentamiento entre quienes esperaban para ser atendidos.
Para recibir los servicios del Registro Civil ha sido necesario en estos últimos meses la solicitud de la correspondiente cita previa.
Sin embargo, este lunes fue el primer día de atención directa, de ahí que muchas personas acudieran directamente para realizar sus trámites.
El problema es que las instalaciones son muy reducidas y que el servicio apenas dispone de cinco funcionarios para atender a una ciudad de 213.000 habitantes.
Además, debe tenerse en cuenta que en el Registro Civil de Jerez se tramitan natalicios y defunciones de vecinos de la Sierra de Cádiz, lo que agrava aún más las carencias del servicio.
A pesar de que la atención al usuario comienza a las nueve de la mañana, algunas de las personas que guardaban cola habían pasado buena parte de la madrugada apostadas ante el acceso al Registro Civil.
Muchos de los usuarios requerían documentación necesaria para poder solicitar ayudas económicas de diversa índole, una demanda que se ha acrecentado en estos últimos meses como consecuencia de los efectos de la crisis sanitaria motivada por el Covid-19.
Los funcionarios estuvieron atendiendo de manera presencial hasta las dos de la tarde aunque teóricamente el horario de atención al público finaliza a las 13.00 horas.
Con todo, resultó materialmente imposible atender a todas las personas que habían acudido al Registro, de ahí que es probable que hoy se repitan escenas como las vividas en la jornada de ayer.